Edgar Neville
Biografía
Edgar Neville fue un director, escritor y dramaturgo español nacido en Madrid en 1899. Hijo de un ingeniero inglés y de una noble española, pasó parte de su infancia en la localidad valenciana de Alfafar. Cursó estudios de derecho para pronto emprender una carrera diplomática fuera de España. Se traslada a Washington para ser secretario de la Embajada. Desde allí viaja a Los Ángeles donde logra entablar amistad con Charles Chaplin que le contrata como actor secundario en su película Luces de ciudad. Gracias a su amistad, la MGM acaba contratando al joven Neville para trabajar como guionista. Colaboraría como dialoguista para las distintas versiones al español.
Vuelve a España para dirigir en la dirección con Yo quiero que me lleven a Hollywood y El malvado Carabel en el año 35, una adaptación de Wenceslao Fernández Flórez. Durante la Guerra Civil se alía junto a la izquierda republicana pero sus contactos con altos mandatarios y protección de algunos cargos falangistas, le posibilitan continuar con su carrera cinematográfica. En los años posteriores de la Guerra Civil, rueda varias películas de carácter propagandístico como Juventudes de España o Frente de Madrid. En 1944, rodaría La torre de los siete jorobados, una de las cumbres del género fantástico en España.
Su afición desde la juventud por los carnavales le lleva a filmar en 1950, Domingo de carnaval, obra maestra del cine español. Ese mismo año, realiza otra gran película como es La vida en un hilo, una comedia romántica que juega con la idea de la posibilidad y el destino. Aliándose con la productora CIFESA, en 1947 adapta Nada, la novela de Carmen Laforet con Conchita Montes de protagonista.
Considerado uno de los grandes pioneros del cine en España, en muchas biografías se le relata como el creador de la primera película ecologista de la historia de nuestro cine, El último caballo en 1950. Aparte del cine, Neville cultivó varios géneros y especialidades llegando a ser un consumado dramaturgo y un reputado novelista y articulista, compartiendo tertulias y amistad con integrantes de la Generación del 27 como Jardiel Poncela o el propio Mihura.