Emilio Martinez-Lázaro, director de 'Un hipster en la España vacía': "Es mi manera de ser. No sé hablar sin tener ironía"
FlixOlé charla con Emilio Martínez Lázaro y Daniel Castro, director y guionista respectivamente de la comedia 'Un hipster en la España vacía', adaptación de la popular novela irónica que Daniel Gascón escribió en 2020.
Presentáis Un hípster en la España vacía, una película que trata con humor la actualidad política del país y en la que transformáis las crispaciones del día a día en gags ¿Qué elementos destacarías de esta película y por qué habéis decidido llevarla a cabo?
Daniel Castro: A nosotros nos gustó muchísimo la obra original. Es una novela de Daniel Gascón que se publicó en 2020. Yo lo seguía desde hace tiempo y es un comentarista político muy afilado e ingenioso. Sus primeros relatos nos encantaron y nos parecía que contaban de una manera muy irónica e inteligente la situación política.
Cuando escribió estos dos relatos nos parecieron divertidísimos, y servían para hacer un retrato político nacional desde el pequeño mundo de un pequeño pueblo. Nos pareció que ahí había una buena comedia, una muy graciosa que reflejaba un poco el panorama general. A partir de ahí surgió el proyecto con Emilio, como director, con Prime Video. Esperemos que guste.
A partir de los años 2000, te hemos visto dirigiendo multitud de comedias. Sobre la película que presentas ¿Qué te aportaba la historia para embarcarte en el proyecto?
Emilio Martínez-Lázaro: El que me hayáis visto en muchas comedias depende de que me hayáis visto o no, porque todo lo que he hecho han sido comedias. Pero tengo que decir que son comedias involuntarias por mi parte. No busco la comedia en ninguna de las películas que he hecho. Hay veces que sí, como con alguna de las películas que he hecho con Dani Rovira porque él tiene una tendencia a hacer cosas que están fuera del sitio y no te puedes resistir a ponerlo porque es muy gracioso; pero no es lo que voy buscando.
El otro día hicimos un paseo en Madrid y me sorprendí al ver que había todo una especie de risa, no era estruendosa sino callada. Es lo que yo espero que pase con esta película. Eso es una maravilla, y mucho más bonito que los ‘risotones’ de un gag; que también puede haber en la película, pero no es lo que manda. Eso es una tendencia mía.
Emilio Martínez-Lázaro: Todo lo que cuento, lo hago con sentido del humor.”
Yo todo lo que cuento, lo hago con sentido del humor y todos los personajes, sin que ellos al principio se enteren, están haciendo cosas de las que luego el público se va a reír. Pero yo procuro que ellos no se enteren, y lo hacen en serio todo. Si luego sale o no la risa… La comedia es normal en mí, porque casi nunca hablo en serio. Por ejemplo, ahora no te creas que lo que te estoy diciendo es verdad, es todo mentira. Y en fin, quiero decir que es mi manera de hacer cine y no tiene solución.
Planificando el viaje
¿Cómo ha sido el proceso de adaptación a la gran pantalla de esta historia?¿Qué os interesaba destacar más?
Daniel Castro: A mí me tocó hacer ese trabajo porque soy sobre todo guionista, y me lo pasé muy bien. En la novela hay muchísimo material y mi trabajo ha consistido en elegir más que en añadir: dónde ponemos el centro, qué cosas eludimos o no ponemos porque se nos va de tono, se nos va de personajes… El trabajo ha sido elegir y dar un poco más de importancia a la trama amorosa porque en la historia original eso estaba un poquito más por debajo.
Se ha aumentado la importancia de la comedia romántica. Aunque no lo diga Emilio, tiene una tendencia casi siempre a sacar muy bien las historias de amor, a reflejar muy bien los enamoramientos. Es algo que lo hace con muchísima gracia y poco a poco. En cada revisión de guion se iba fortaleciendo la trama amorosa de la relación entre ellos, pero sin perder ni mucho menos el contraste cultural y político que está detrás de la novela; y que es su esencia.
Daniel Castro: Emilio tiene tendencia a sacar muy bien las historias de amor.”
Emilio Martínez-Lázaro: Añado un poco más: había muchas anécdotas contadas en aquella novela que se podían luego trasladar a escenas concretas, dialogadas, en la película. Pero lo que no ha dicho es que parecía imposible hacer eso, porque la novela es una especie de monólogo interior gigantesco, fantásticamente escrito por un tío que tiene un dominio del lenguaje político. Es increíble cómo es capaz de ponerse en el pensamiento de uno de esos personajes de la política. Y es el encanto. Pero lo que era muy difícil es lo que ha hecho Dani.
Lo de la comedia romántica: efectivamente, cada vez se iba acercando más, pero es que todas las películas que yo he hecho, quitando Las 13 rosas (y es dudoso), son comedias románticas; todas, y no me lo he propuesto. Es una cosa que ha pasado y que yo creo que si hago más películas va a seguir pasando
Una carrera de contrastes
A lo largo de tu trayectoria hemos visto que has ido pasando de dramas como Las palabras de Max, La voz de su amo, Carreteras secundarias a comedias ¿Te has sentido más cómodo con este género?
Emilio Martínez-Lázaro: Es mi manera de ser. No sé hablar sin tener ironía. Me atrevería a decir que viene de familia de mi padre y que viene de La Mancha. Entiendo muy bien cómo hablan los humoristas de Albacete, Pedro Almodóvar… Sé muy bien lo que es.
Has citado justo las películas que efectivamente no tienen comedia, pero si te das cuenta yo sólo he nombrado Las 13 rosas. Las palabras de Max tampoco tiene comedia; vamos, no tiene ni puta gracia. Pero las demás van corriendo hacia la comedia romántica
Es verdad que luego la intensidad de todo es mucho más grande porque al final son como criaturas tuyas las películas que diriges. Es desde el principio hasta el último momento que la das por acabada. Es un esfuerzo muy grande, pero también muy gratificante si sale bien, claro. Y Y tengo la fortuna de que no me arrepiento de las tres películas que he realizado. Estoy satisfecho. Sé que son pasos adelante y que voy aprendiendo.
Lo de la comedia romántica se inventó para las películas norteamericanas.”
Lo de comedia romántica se inventó para unas películas americanas muy concretas y abstractas en el sentido de que lo que no intentaban nunca era reflejar la vida real. Generalmente, casi todas las películas que he hecho están muy pegadas a personajes que pueden existir en la calle. La única que yo he sacado de la lista, que es Las 13 rosas, es por el final tan hiperdramático que tiene. Pero si se coge de la mitad para el principio, hay muchísimas escenas desenvueltas en un tono muy cercano a la comedia.
¿Nos podríais decir tres películas del cine español que estén entre vuestras favoritas, que recomendéis verlas, etc?
Emilio Martínez-Lázaro: Te voy a decir dónde veo yo que se ha alcanzado la cima del cine hablado en español y, desde luego, el número uno sigue siendo Buñuel. Lo siento mucho que sea tan antiguo, pero desde Viridiana no ha vuelto a hacer nadie algo parecido. Luego está Berlanga, al que pongo en el tándem Azcona-Berlanga. Estos son los dos hitos. Seguro que ahora se me está escapando algo que es fundamental en el cine español… Están muy bien aquellas dos primeras películas de Víctor Erice: dos obras maestras, y eso es indudable. Seguro que hay más.
Daniel Castro: Estaba pensando en Plácido, que a mí me encanta. Me flipa también El verdugo, por supuesto. Todo lo que sea Berlanga-Azcona, esa época me encanta. A mí me gustó muchísimo La buena estrella. El otro día vi La sociedad de la nieve y también me encantó. Tenemos grandes pelis, y hay que estar un poco orgulloso de ellas.