Pau Durá, sobre 'Pájaros': "Hacer un viaje por tantos países siendo una película independiente es una satisfacción"

FlixOlé entrevista a Pau Durá, director de la película 'Pájaros', una road movie que recorre el corazón de Europa junto con dos personajes que cargan el maletero de miedos, culpas y bolsas de marihuana.
Presentas Pájaros, tu tercer largometraje ¿Qué esperas de su participación en el Festival de Málaga?
Lo primero es que estoy encantado de estar en el Festival de Málaga. Las otras dos películas también pasaron por aquí, por lo que tengo una relación con el festival muy chula. En Pájaros voy un poco más allá. Uno siempre piensa que con cada película que va viniendo vas avanzando. Con mis anteriores películas (Formentera Lady y Toscana) fue muy bien: una acogida muy bonita y tengo muchas ganas de presentar Pájaros en el Cervantes, porque sé que es el pistoletazo de salida. Vamos a empezar y a mostrar este proyecto que lleva tanto trabajo detrás. Que sea aquí es muy guay.
¿Qué se va a encontrar el público con esta película?¿Qué quieres contar con ella?
Pájaros es una ‘road movie’ transeuropea alrededor de dos personajes. Sus protagonistas son dos tipos en crisis, entrados ya en los en los 50; es decir, ya en la madurez. Uno de ellos se está separando, está en un proceso de divorcio delicado y malvive como vigilante en un garaje. El otro es un abogado aficionado al avistamiento de aves que necesita un chófer para que le lleve detrás de unas grullas que, según dice, han variado su rumbo migratorio. No puede conducir debido a un trauma en el pasado.
El primer personaje, Colombo (interpretado por Javi Gutiérrez), necesita dinero urgente y, tras un acuerdo económico, emprenden un viaje en coche que les va a llevar desde la Albufera de Valencia hasta el delta del Danubio; en Constanza, Rumanía. Se trata de un viaje con todo lo que supone: todos los obstáculos que se van encontrando, muchos de ellos internos, no sólo físicos. Es un viaje de huida, lo veremos pronto, pero también de encuentro.
Es un viaje de huída, lo veremos pronto, pero también de encuentro”
Al final estos dos personajes necesitan del viaje para situarse, reconocer sus propias miserias. En cierta forma no son personajes con sombras. Si algo les une es que ellos son los responsables de sus propias miserias y de sus propios dramas. El viaje les va a ayudar a situarse en cierta forma, a encontrarse entre estas sombras. Son conflictos dramáticos lo que pasan, pero la película está muy bañada por el humor y la ironía. De una ligereza mediterránea que me gusta reclamar y utilizar en las historias.

Planificando el viaje
Además de dirigir la película, participaste en el guion ¿Cómo surgió la idea de la película?
Como en todas mis películas, creo que nace primero de los personajes. Es decir, no es la trama lo que me lleva a los personajes, sino al revés. Yo tenía ganas de juntar a dos individuos cercanos a mí en muchas cosas en edad, en condición, en dudas. Con mucho sentido del humor, y con mucha ligereza, la película habla de temas muy serios en los que creo necesario que corra el aire: el desamor, el paso del tiempo… La culpa está muy presente en la película, o el miedo al paso del tiempo.
Son dos personajes que ya han cruzado esa barrera de los 50 y, a partir de ahí, de estos dos personajes nace el viaje. Éste es también el tema de la película: el viaje que se viene hablando desde Homero y los griegos en la Odisea. El cine tiene mucho de eso: La concepción dramatúrgica de una historia; de ir avanzando y superando obstáculos. No hay nada mejor que un viaje para ello.
A veces estamos tan imbuidos en nuestras propias tonterías que hay que iniciar un viaje que nos aleje de ahí”
También tenía muchas ganas de hablar de ese viaje como necesidad de apartar la mirada del propio ombligo de los personajes. A veces estamos tan imbuidos en nuestras propias tonterías, en nuestros dramas y nuestras cosas, que hay que iniciar un viaje que nos aleje de ahí. Es interesante alejarse, empatizar con el otro que te ha tocado al lado, porque son dos personajes que no tienen mucho en común; aparte de que son, como he dicho antes, responsables de sus miedos y dudas. En cualquier viaje vas encontrándote personajes que te van a modificar. En cierto modo son obstáculos, pero al mismo tiempo son necesarios para crecer e ir situándose.

¿Y qué tipo de obstáculos os habéis enfrentado vosotros en el rodaje de esta película que nos lleva a distintos países?
Me gusta pensar que realmente hemos hecho un gran viaje para contar otro. Todos los rodajes lo son en cierto modo. Últimamente tengo mucho la imagen del iceberg en el rodaje: todo lo que hay detrás es muy grande. Pájaros no ha sido tarea fácil, ni mucho menos, y estoy absolutamente agradecido a todo el que ha participado, desde la producción hasta el equipo. Conseguir hacer un viaje a través de tantos países siendo una película independiente es una satisfacción muy grande.
Todo lo que tiene de complejo el viaje, creo que el espectador lo va a agradecer y disfrutar
Además, hemos rodado cronológicamente, que es muy bueno para la historia. Los últimos planos de la película en el Mar Negro se hicieron los últimos días del rodaje, y el inicio lo hicimos aquí. En la película se hablan ocho o nueve idiomas diferentes, y he tenido la suerte de contar con actores y actrices de cada lugar. El espectador lo nota: entra en ese coche, empatiza con estos dos personajes y viaja con ellos. Todo lo que tiene de complejo el viaje, porque al final tiene muchos paralelismos con muchas cosas, creo que el espectador lo va a agradecer y disfrutar.
El reparto
Uno de los puntos fuertes de Pájaros es la intervención de dos actorazos como Javier Gutiérrez y Luis Zahera. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos y qué han aportado a sus personajes?
Rodar con Javier y Luis ha sido un paseo. Como se suele decir, lo importante es tener un guión y un buen casting. Realmente ellos han creado estos dos personajes. Estaban escritos, no quito negro sobre blanco, pero es en el rodaje cuando llega la hora de la verdad. Estás en lugares que luego no vas a ver porque se pone o sale el sol. El final del rodaje era que estaba saliendo el sol, y no íbamos a volver allí, teníamos que llevárnoslo todo rodado.
Ellos, con muchísima generosidad y con un talento indudable, han aportado todo. Yo cuento un viaje por Europa bastante grande, de 4.000 kilómetros, que al final se reduce también en el mismo tiempo a un viaje interior, en lo que va desde el cerebro hasta el corazón. Ahí hay un paralelismo curioso entre una cosa tan amplia, representada con el plano amplio, al plano corto de su viaje interior. Javier y Luis, que dominan tan bien la sutileza tanto en el drama como en la comedia, hicieron que todo fuera un paseo y una diversión constante.
Eso sí, ya te digo que nos lo pasamos muy bien a pesar de lo engorroso que es no trabajar en un plató tranquilamente. Hemos atravesado caminos, autopistas, carreteras, montañas en Cataluña, llanuras inmensas en Rumanía, Bucarest, Turín, el Danubio, dos mares, en fin… Y con un tiempo bastante limitado, y sin ser una superproducción hollywoodiense.

¿Cuánto duró el rodaje?
Ocho semanas.
Luis Zahera da vida a un personaje muy frágil, muy vulnerable, que contrasta con los personajes que ha ido haciendo en estos últimos años. ¿Te ha sorprendido su capacidad Luis Zahera para adaptarse?
Yo confiaba totalmente en que iba a estar espectacular porque Luis Zahera es un actor brutal. Otra cosa es lo que acostumbra a la gente a pedirte, ¿no? Y no quiero decir encasillar porque no es así. Luis está haciendo grandes cosas, pero sí que va por una línea por la cual él ya reclamaba otra cosa. Tiene unos sobrinos que le decían: ¿y a cuántos mataste hoy? Bueno, pues aquí en esta película no mata a nadie.
Y creo que eso le atrajo mucho de la historia: el poder cambiar de registro, buscar esa fragilidad a pesar de que es un personaje extraño, porque lo es en comparación al personaje de Javier Gutiérrez, que es más transparente. Pues el suyo es más opaco pero ambos son muy frágiles, aunque parezca que no. En realidad es como nos pasa en la vida. Entonces, contar con él y cómo aportó tanto: ha aportado humor, verismo, emoción, mucha emoción… Todo lo que se le pide a un actor que haga. Y él lo hace de una forma generosa y brillante.
Ha aportado humor, verismo, emoción… Todo lo que se le pide a un actor que haga. Y él lo hace de una forma generosa y brillante”
Y lo mismo que Javier. ¿Qué vamos a decir de Javier Gutiérrez? Hacer este personaje tan humano… Y con esta fragilidad, pero también dando vida al tipo que malvive, que no tira la toalla. Y su drama no apaga la luz que brilla sobre su personaje, y eso es importante. Yo creo que en la película hay una gran báscula constante entre el drama de los personajes y el humor de las situaciones de ellos mismos, entre las sombras y las luces que todos tenemos. Y, a veces, en la misma escena o en la misma frase puede haber las dos cosas, que eso ya es pedir mucho. Pero bueno, lo hemos intentado.

¿Qué prefieres?
Y como actor, yo eso lo necesito porque me gusta, porque es mi pasión y sigo haciéndolo. Quizá el teatro lo tengo un poco más apartado, pero no dejo de trabajar como actor. De hecho, presento el viernes una serie, también aquí en el Festival de Málaga, en la que participo como actor y se llama Un nuevo amanecer, una comedia de José Corbacho con Yolanda Ramos de protagonista. No sé quién me dijo: “ahora que diriges, igual creerán que no vas a ser más actor”. Al revés. Cuando uno dirige, luego va a los rodajes de una manera mucho más empática. Ahora entiendes mejor el trabajo que hay detrás y la necesidad de aportar y de ir todos en un mismo barco. ¿Cuáles son tus tres películas favoritas del cine español? Ostras, hay muchas, pero una es El viaje a ninguna parte de Fernando Fernán Gómez. Otra creo que es Argentina, pero creo que es española también: Un lugar en el mundo, de Aristarain. No sé si tiene algo de español, pero está Pepe Sacristán, al que yo adoro y que fue mi protagonista en Formentera Lady. Y como tercera película hace relativamente poco vi una proyección de El pisito, de Marco Ferreri.Cuando uno dirige, luego va a rodajes de una manera mucho más empática. Ahora entiendes mejor el trabajo que hay detrás”