Miguel Bardem: “Mi padre fue el primer embajador del cine español”
Miguel Bardem: “Mi padre fue el primer embajador del cine español”

Con motivo del centenario del nacimiento de Juan Antonio Bardem, desde FlixOlé charlamos con su hijo, el también cineasta Miguel Bardem. Éste nos relata cómo el director consiguió dotar de dignidad y compromiso al séptimo arte del país
El 2 de junio celebramos el centenario de uno de los nombres más importantes de la filmografía española: Juan A. Bardem ¿Qué papel tiene dicho director en la historia de nuestro cine?¿Cuál es la herencia que nos dejó?
Él provenía de actores de toda la vida. Le obligaron a estudiar una ingeniería: hizo la agrónoma y se graduó; nada más acabar se metió en la escuela de cine. Él había mamado y vivido los viajes a ninguna parte de mis abuelos, quienes eran actores. Siempre estuvo entre cajas y aprendió mucho.
Hay un cine antes y un cine después de que llegasen Juan Antonio Bardem, Berlanga y todos los que tenían inquietudes en ese momento. Aquí hubo un dictador y el cine que se hacía en ese momento era bastante aburrido, obsoleto, excesivamente antiguo… Lo que hizo mi padre fue renovar y traer las escuelas que se estaban desarrollando en Europa y en EEUU; sobre todo de Europa, con Italia y su neorrealismo. Trajeron la apertura para hacer otro tipo de cine y contar las cosas de otra forma. Entretener y divulgar.
Hay un cine antes y un cine después de que llegasen Juan Antonio Bardem y Berlanga”
Me vi Esa pareja feliz para hablar sobre ella en un coloquio y me quedé impresionado de lo moderna que es cuanto a la forma de narrar. En especial por cómo cuentan los sueños y deseos de los protagonistas (Elvira Quintillá y Fernando Fernán Gómez), y por cómo los cuentan con la voz en off, los flashbacks… Era una forma que a los directores que les precedieron les rompió la cabeza.
De ingeniero agrónomo a codirigir Esa pareja feliz ¿Cómo fue ese proceso de formación?
No me preguntes cómo lo conseguían ver, pero ellos bebían mucho de lo que se hacía en Francia e Italia. También bebían del cine americano, que es fuente de inspiración de todo cineasta. Bebieron de todo esto, sobre todo del neorrealismo, e intentaron aplicarlo a ese deseo de transformar el cine y contar cosas desde un punto de vista más fresco y humano; no tan estoico, ni articulado ni falso. Simplemente copiaron, desde el primer cortometraje que hicieron hasta la película.
Posteriormente, Juan A. Bardem se fue especializando. Hizo un cine más reivindicativo, buscándose la vida para contar lo que estaba sucediendo en este país.
Después de hacer el guion de Bienvenido Mr. Marshall, junto con Berlanga y Mihura, la pareja feliz se separó ¿Qué fue lo que ocurrió?¿Por qué luego Berlanga y él tomaron caminos distintos?
Estamos escribiendo un guion para hacer un documental sobre mi padre y sobre esa época. Lo que pasó fue lo siguiente: escribieron el guion de Bienvenido Mr. Marshall y, en teoría, lo iban a seguir dirigiendo los dos. No obstante, mi padre necesitaba dinero y no tenía claro que se fuese a hacer la película, por lo que tuvo que buscarse las habichuelas. Cuando parece que la película se puso en marcha, ni Berlanga ni la productora querían que colaborase.
Aunque las malas lenguas dicen que hubo mal rollo entre Berlanga y Bardem, ellos se querían mucho”
A partir de ahí, decidió romper filas con Berlanga y hacer su propio cine, y buscar su propia identidad como cineasta. Aunque las malas lenguas dicen que hubo mal rollo entre Berlanga y Bardem, ellos se querían mucho. No había enemistad, a pesar de sus diferencias y a pesar del cine que hicieron uno y otro.

Felices Pascuas mantenía esa comedia ácida con la que debutaron Berlanga y Bardem. Después comenzó una nueva etapa en la que este último hizo de embajador del cine español por el mundo, si bien de puertas para dentro la censura lo siguió muy de cerca ¿Cómo vivió esta etapa?
Mi padre fue el primer embajador y representante del cine español en los Oscar con La venganza, película que ha sido recuperada por FlixOlé. Sin embargo, no se recuerda a Juan A. Bardem por abrir brecha en EEUU. Mezclar política y cine hizo que los intereses suyos no coincidiesen con los de los productores.
Pasamos de una censura física, donde había un Ministerio de Censura al que entregabas el guion y las películas, a una censura encubierta”
Berlanga y todos los que sufrieron aquella época, padecieron la censura. A mi padre le obligaron a hacer cortes en las películas, hacer cambios en los guiones… Todo lo que fuera decir que no estabas de acuerdo con el régimen era garantizar la censura. A pesar de ello, mi padre era positivo y esperaba que hubiese cambios.
Pero pasamos de una censura física, donde había un Ministerio de Censura al que entregabas el guion y las películas, a una censura encubierta que sigue a día de hoy, y que yo también la sufro. No se trata de una censura política, sino que consiste en que te dejen hacer una película o no en función de qué y cómo lo cuentes. La censura con la Transición cambió, pero siguen habiendo temas donde no puedes entrar, o donde dicen que no son beneficiosos.
Mi padre no se imaginó que iba a hacer menos películas de los temas que él quisiese durante la Transición. La grandiosidad del cine es hablar de lo que uno quiere, pero hoy en día no se puede hablar de casi nada sin que te digan que eso no va a dar dinero. Lo que dijo mi padre en las Conversaciones de Salamanca se puede entender hoy; no quito ningún punto ni ninguna coma…
En la gala de los Goya, cuando Juan A. Bardem se subió al atril para recoger el galardón de Honor, aprovechó su discurso para pedir a los productores presentes que le financiasen algunas de sus ideas ¿Qué es lo que quería hacer y no le dejaron?
Ocurrió el suceso de la Matanza en Atocha, y mi padre consiguió, con enormes esfuerzos y gran dificultad, un productor para Siete días de enero. Pero hoy en día no se pueden hacer películas en España, ni en la época en la que estuvo mi padre, que hablen de algo que no sea simplemente entretenimiento puro y duro.
Yo he intentado contar lo que ocurrió en el accidente de Metro de Valencia, y toda la parte mafiosa de todo esto, y no he conseguido financiación. Igualmente me imagino a mi padre intentando contar historias controvertidas en sus tiempos, y cómo fue cercenado. El siempre reclamó un productor para hacer películas.
En su época, era mucho más difícil. Por eso, tanto Berlanga como Bardem, tuvieron que buscarse las habichuelas fuera. Sigue ocurriendo. De hecho ahora se ha vuelto a aprobar la Ley del Cine, que contribuye a que las televisiones sean productoras, no existiendo productores independientes. Si antes era difícil, ahora es imposible. Yo reivindico todo lo que se dijeron en las Conversaciones de Salamanca, porque siguen existiendo los mismos problemas.
Siempre se había hablado de una segunda parte de Calle Mayor ¿Qué películas tenía pendientes y que no pudo llegar a rodar?
Él quiso hacer la segunda parte de Calle mayor, también hacer una adaptación de El puente de San Luis Rey. Tenía un proyecto sobre la revuelta de los generales en Portugal; películas sobre Lorca, sobre sus obras de teatro; también sobre Max Aub, un escritor maravilloso que emigró a México… Guiones que le han llegado, y que ha intentado levantar, tenía muchísimos. Afortunadamente están todos en la Filmoteca.

De generación en generación
Su ópera prima en solitario, Cómicos, relata en parte las dificultades del mundo de las artes escénicas. Te hemos escuchado contar cómo tu padre te preguntó por qué querías dedicarte al cine y pasar hambre. Han pasado décadas desde esa película, pero la moraleja sobre los cómicos, la cultura y el cine pasa de generación en generación ¿No ha cambiado nada?
Mis abuelos a mi padre le dijeron que se dedicase a algo serio: un funcionariado. Él estudio la carrera de agrónomo para ser funcionario, pero le pudo la pasión a tener un sueldo hasta que se muriera. Eligió una carrera precaria.
Revisando los tiempos que pasaba entre películas, cuatro y seis años, comprendes que eso es imposible de sostener si quieres tener una vida. Yo he sufrido esto, he tenido periodos largos entre película y película: en nueve años he tenido otros trabajos que tienen que ver con lo único que me gusta, pero no se puede sobrevivir haciendo películas; y mucho menos ahora. Quien hace películas tiene otros trabajos y no puede sobrevivir con esto.
En Francia, como país cercano, hay un sistema de protección al artista; en este país el arte y la cultura están denostados. No denigrados, pero parece que vivimos en un limbo, que ganamos mucho dinero, pero es una falacia. Es un trabajo como otro cualquiera, pero que necesita de mucha pasión. Gracias a ello sobrevive.

Entrando ya en tu carrera como cineasta, optaste por la risa en tus primeros trabajos: Más que amor, frenesí (1996), La mujer más fea del mundo (1999), Noche de Reyes (2001)… ¿Por qué elegiste la comedia?
Pensaba que la comedia era lo que más me gustaba, y era lo que quería hacer. Pienso que no tuve mucho éxito. De hecho, la última comedia pura que hice fue Noche de Reyes, creía que era una historia divertida pero veo que no fue así. Empecé a tomar otros rumbos.
En Francia, como país cercano, hay un sistema de protección al artista. En este país el arte y la cultura están denostados”
En Incautos (2004) ya cambiaste al thriller con un largometraje protagonizado por Ernesto Alterio, Victoria Abril Federico Luppi, entre otros nombres ¿Cómo surgió esta película?
Incautos refleja lo que me apetecía en ese momento. Yo quería hacer Goodfellas (Uno de los nuestros en España), de hecho tiene algo de ello la película. Scorcese es un director a seguir y a copiar, e Incautos basa su estructura en Goodfellas. Estoy muy orgulloso de esa película, creo que es buena. Sin embargo, me gustaría seguir haciendo muchas más
Te hemos visto más cómodo con documentales ¿Tienes preferencia por esta mezcla de realidad y ficción?
Me encanta mezclar realidad con ficción. De hecho, lo bebí de alguna forma con mi padre, porque Siete días de enero hace eso. Todo viene de la forma de hacer cine que tenemos, en la que hay que buscarse la vida. En este sentido, nada mejor que el archivo que teníamos de todas las manifestaciones en la Transición, y que mi padre mezcló con imágenes que se rodaban en ficción, y que se metamorfoseaban con el archivo. Eso es maravilloso.
Ahora estoy preparando una película sobre un presidente de un Gobierno muy famoso y estoy cogiendo mucho archivo, viendo la manera de mezclarlo con escenas de ficción. Es un trabajo que me ilusiona muchísimo. Es una forma de transportarte al tiempo que estás contando.
¿Cómo se hace una serie de Bosé sin caer en el morbo?
La última etapa de la pandemia no la hemos tocado, sino que está basado en su autobiografía. En ella cuenta la década de los 80, y todo lo que pasaba en este país: la apertura, las drogas, el sexo… Era liberador ese momento y se abrió en todos los sentidos la vida: se murió el dictador y se acabó la obligación de hacer todo lo que quisiese él, y se cuenta de la forma más libre que se puede.
Yo no sé qué hubiera hecho si hubiera vivido todo lo que vivió él (Miguel Bosé). Lo mismo por todo lo que ha sufrido ha llegado a esa conclusión”
Él, en su autobiografía no se corta un pelo… Era un adolescente guapísimo e hipnótico, una revolución en la calle. Ser eso durante toda tu vida te tiene que afectar para bien o para mal. Yo no sé qué hubiera hecho si hubiera vivido todo lo que vivió él. Lo mismo por todo lo que ha sufrido ha llegado a esa conclusión. Lo he valorado más como persona.

¿Qué proyectos tienes?
Tengo varios proyectos, uno de los cuales voy a hacer ahora. Se trata de un encargo maravilloso que voy a rodar en Colombia, con dinero americano, y que me va a abrir puertas. Se trata de una película de ficción y realidad que cuenta la historia de una persona que estuvo muy vinculada a alguien muy famoso… Tengo mucho respeto y muchas ganas de poder hablar de un país que no conozco, pero no puedo hablar mucho del proyecto. Se va a explotar en todo el mundo, y yo voy a tener el honor de dirigir.
Igualmente estoy moviendo proyectos: dos de ficción basados en hechos reales, porque es lo que más me gusta. Uno es sobre el delincuente Arbe (el delincuente conocido como ‘El Solitario’), serie que estamos intentando vender. Yo estoy contando la vida de este señor, lo que hizo y todo lo que pasó alrededor.
También el accidente de Metro en Valencia, es un honor y un respeto hacia las víctimas. Me gustaría contar la historia desde el punto de vista del fraude que se nos vendió después del accidente; de hecho la mayoría de esta gente está perseguida por la justicia, y cuesta levantarlo. Llevó cuatro años con ese proyecto para levantarlo.
Igualmente, tengo una historia muy bonita de fantasmas, en plan comedia, que me apetece hacerla. Tengo muchos proyectos que me gustaría hacer, pero que en este país no se pueden hacer porque hay una censura de las tres televisiones y de las cuatro plataformas que hay.