ESPECIAL FESTIVAL DE MÁLAGA
Álvaro Gago: “Quería seguir profundizando en el universo que había creado con mi corto”
Álvaro Gago está llamado a ser uno de los grandes nombres del cine español de este 2023. Tras cosechar un magnífico recibimiento en la Berlinale con su proyección de su ópera prima, ‘Matria‘ se detiene a charlar con FlixOlé en la presentación oficial de su película en el Festival de Málaga.
‘Matria‘ guarda relación con un corto que hiciste en el 2017. ¿Cómo surgió el proyecto y cómo se transformó de corto a largo?
Álvaro Gago: El proyecto surge por el contacto con mi amiga Francisca (protagonista del cortometraje ‘Matria‘), a quien conocí en Vilanova de Arousa, en el pueblo, y ya cuando ella entró en la casa de mi abuelo yo estaba rodando otras cosas. Hice otro cortometraje, mi primer cortometraje en Galicia, y también estaba haciendo mucha fotografía rodando pequeñas piezas para el archivo familiar. Y fue allí cuando empecé a intimar más con ella porque entró en mi casa como un rayo y a mi abuelo en particular lo insufló de vida.
Y, poco a poco, yo iba pasando tiempo allí y fuimos manteniendo el contacto y construyendo esta amistad de manera natural. Yo grabé algunas cosas con ella, ya que grababa a mi abuelo y ella se empezó a meter. Por eso fue todo muy natural y extendido en el tiempo. Y a raíz de esos primeros ejercicios que fuimos haciendo, ella se empezó a encontrar más cómoda delante de la cámara y yo le planteé escribir algo juntos. Y después, cuando vi cómo se desenvolvía y cómo era nuestra relación de actriz y director, le planteé protagonizar ‘Matria‘.
Quería humanizar a los personajes, querer construir personajes complejos y con aristas, como todo el mundo” (Álvaro Gago)
Cuando se cristaliza la idea de hacer algo más para el largometraje, el humor, por ejemplo, que tiene Francisca, que lo capamos completamente en el cortometraje, era algo que también refleja un modo de vivir, de entender la vida, de enfrentarse a los problemas, de sobrevivir a la rutina diaria. Es algo que hacía referencia a una existencia que, más allá de la propia historia, yo también quería capturar: esa manera de relacionarse, de vivir. Por eso, el humor también me empujó a seguir profundizando este universo.
Las relaciones de Ramona con su hija y con su pareja, sobre todo, que eran relaciones que se intuían en el cortometraje de manera muy puntual, yo las quería seguir profundizando por una infinidad de razones; una de ellas, la que tiene más peso, es el hecho de querer humanizar a los personajes, querer construir personajes complejos y con aristas, como todo el mundo. Profundizar en la relación con la hija y con su pareja me permitía profundizar en las aristas de estos personajes. Eso también fue un fue un reto para la construcción de este personaje. Una razón de peso para seguir avanzando en este universo
Has estado en la Berlinale, ahora en Málaga…¿Te esperabas esta acogida ya desde tu ópera prima?
Intento no pensar en las acogidas porque fácilmente te puedes desilusionar, llevar un chasco. Uno siempre aspira a recibir el cariño del público, de la prensa y de la crítica, eso es lo que más quieres. Pero si todas tus esperanzas están depositadas ahí, tú también como cineasta a veces fallas y haces apuestas más o menos arriesgadas, pero intentas transitar por caminos que no son exclusivamente de referencias que puedas manejar, sino que son caminos propios.
Escuchar a tu corazón, a tu intuición. Y eso implica riesgos porque implica construir tu propio camino. Entonces puedes fallar, claro, y eso puede revertir en un estreno no tan completo o tan rico emocionalmente. Pero si tú has hecho un trabajo previo de una deconstrucción de una experiencia que tenga significado en sí misma, que sea constructiva… No sólo para ti sino también para tu equipo. Y también para la gente del pueblo, que de repente le aterrizas con un rodaje, con esta montaña que a menudo arrasa allí por donde pasa e intentar que eso no pase, que el que el pueblo disfrute también de acoger un rodaje, que se involucre de alguna manera…
Hay cosas más concretas que se puedan hacer, porque por qué no puedes tú coger dos fines de semana de preproducción y organizar un taller para los niños y las niñas del pueblo, un taller de cine. Luego eso va a revertir positivamente. Cosas que se van construyendo poquito a poco. Son pequeñas acciones que construyen una experiencia, que esa sí la puedes controlar. Y esa sí puede ser lo suficientemente hermosa y llena de significado como para no depender tanto de tener una experiencia como la que estamos teniendo ahora, que si lo acompañan muy bien. Pero yo ya estaba orgulloso del trabajo hecho y muy contento con cómo habíamos manejado la película, sobre todo desde el punto de vista de producción; cómo hemos trabajado una ética de la producción que ha sostenido también el poder hacer un rodaje y una preproducción de la que todo el mundo se pueda llevar algo.
Uno siempre aspira a recibir el cariño del público, de la prensa… Pero si todas tus esperanzas están depositadas ahí, tú también puedes fallar” (Álvaro Gago)
Respecto al papel de María Vázquez. ¿Ya creías desde un primer momento que iba a ser tu actriz ideal para esta película?
Lo tuve claro muy pronto y, de hecho, la construcción del elenco la hicimos en torno a ella. Además, ella me acompañó durante todo el proceso de casting e hizo casting con todos los demás personajes que componen la película. Y ella lleva dentro la revolución personal. Lleva muchos años en un proceso de deconstrucción que es el mío propio también: empasta mucho con la película a nivel personal y profesional. Y además yo lo veía en sus ojos y eso lo sientes: si es una persona que va a apostar fuerte por la película, que se va a dejar la piel como te la vas a dejar tú. Y ese era el primer ingrediente para hacer un buen trabajo. Además, es una actriz que después, en las primeras sesiones de trabajo, antes de incluso estar ella dentro de la película, es una actriz tremendamente flexible, que quiere arriesgar, que se quiere exponer.
María lleva muchos años en un proceso de deconstrucción que es el mío propio también” (Álvaro Gago)
Es tremendamente creativa, no solo en la construcción de personaje, sino en la construcción de la propia historia. Entonces, en estas primeras sesiones yo iba asesorando todo eso. Vi que, además, Francisca la recibió con los brazos abiertos y eso para mí era muy importante. Eso era ya una apuesta clarísima. Vamos, es que María es mi amiga. Estoy trabajando además con amigas y eso es impagable.