ESPECIAL FESTIVAL DE MÁLAGA
Elvira Lindo y Daniela Fejerman: “El dinero desata muchos conflictos en esta vida”
Tras muchos años como guionista de éxito, Elvira Lindo salta a la dirección con ‘Alguien que cuide de mí ‘, una historia de gente que se necesita, de precariedades emocionales, afectivas y económicas que cuenta con Aura Garrido y Emma Suárez como protagonistas principales. Junto a la creadora de Manolito Gafotas, se encuentra en la dirección Daniela Fejerman. Charlamos con las responsables de la película de Inauguración de la edición de 2023 del Festival de Málaga.
¿Qué se va encontrar el espectador con Alguien que cuide de mí?
Daniela Fejerman: El espectador se va a encontrar una historia que le va a resonar mucho porque es una historia de una saga familiar, de tres mujeres, de tres generaciones que conviven entre sí. Y, como en toda familia, hay conflictos, cosas latentes y no habladas. Como estas tres mujeres son de una familia de actrices hay algunos conflictos que se hacen más evidentes; cosas tan delicadas como que una madre pueda tener celos de su hija, que una hija pueda no entender a su madre…También van a ver una historia llena de emoción con toques de humor. Y muy bonita.
Elvira Lindo. Nosotras, además, nos detenemos en un momento concreto de sus vidas, el momento en que la madre tiene un problema económico. Ese problema económico, como suele suceder muchas veces, desata otros: deja en evidencia la precariedad, la falta de trabajo, la falta de éxito, la distancia que tiene con el éxito que sí tiene su hija. El dinero desata tantos conflictos en esta vida, y a través de esos problemas económicos viene todo lo demás: el pasado, todo lo que no se ha contado y la madurez de la hija. Sobre esto último, al darte cuenta cómo ha sido la vida de tu madre, tú puedes empezar a pensar en los demás; no solamente ya en tu madre, sino tener una mirada más amplia sobre lo que es la vida.
El dinero desata tantos conflictos en esta vida, y a través de esos problemas económicos viene todo lo demás” (Elvira Lindo)
¿Cómo surgió el proyecto y la colaboración entre ambas para llevarlo a cabo?
Elvira Lindo: Yo tenía un relato en el que creía que estaba latiendo una película. Llamé a Daniela, se lo dejé y le pregunté si creía que la había. A ella le pareció que sí y empezamos a colaborar enseguida. Y no dejamos de hacerlo hasta el final.
Daniela Fejerman: Sí, hubo un momento en que el trabajo del guion se prolongó. Tuvo un periodo muy intenso en el confinamiento que nos permitía estar la una con la otra a distancia, pero con un trabajo continuo. Y llegó un momento en que ya no estábamos hablando solo del guion: cuando pudimos salir a la calle y recorrer los espacios de los personajes, ya estábamos visualizando la película. Y estábamos poniéndole cara, pensando en actores… Ya estábamos en la dirección. De forma orgánica surgió la idea de seguir juntas y de contar la historia entre las dos.
La película habla sobre la incomunicación ¿Cómo va a reflexionar el espectador respecto a esto?
Daniela Fejerman: Es verdad que las mujeres de esta película exigen cuidados, pero no siempre son capaces de darlos. El personaje más joven, el de Aura, cree que está inventando el mundo (como toda persona joven) y que todo lo que vive ella está siendo inaugurado, y va a aprender a lo largo de la historia que no solo es ella el centro del mundo y la que tiene que recibir cuidados. Que para poder madurar hay que ser capaz de prestar atención al otro.
Y en este descubrimiento acerca de su madre y su pasado, y de cómo su madre era persona antes de que ella existiera y cómo hay cosas que ella nunca supo porque su madre no encontró la manera, esta maduración le va a llevar a decirle a su madre: “quiero cuidarte. Necesito que estés bien tú para estar bien yo”. Y este es el aprendizaje.
Elvira Lindo: Y luego hay otra cosa: ahora parece que todo se hace porque aparece en el debate público. El asunto de los cuidados ha aparecido en él y es una palabra que se ha popularizado, pero nosotras pensamos en este asunto hace cuatro años, sin tener en cuenta eso. Ha sido la propia realidad la que se ha impuesto. Incluso el título de la película apela a eso: todos necesitamos un amparo. La película se estrena en los cines en un momento en que se ha convertido en un tema social. Y está muy bien que se haya visibilizado el tema de quién cuida a quién.
En esta historia es curioso, porque las tres necesitan ser cuidadas. Y ninguna de las tres sabe cuidar a la otra. Exigen continuamente atención pero tienen que aprender a cuidar a las demás.
Las mujeres de esta película exigen cuidados, pero no siempre son capaces de darlos” (Daniela Fejerman)
Hay muchas referencias a la pandemia. ¿Cómo os afectó a vosotras y a la película?
Elvira Lindo: Fue crucial. La historia original nos habla de un personaje que padeció la anterior pandemia (el VIH). Cuando la concebimos, no había surgido el coronavirus. Pero cuando nosotras estuvimos en la parte más intensa de trabajo fue en el confinamiento. Nos dimos cuenta de que había algo felizmente extraño en esta casualidad de trabajar en una pandemia y estar hablando sobre la otra. “¿Y qué ha pasado con la otra?”, nos preguntamos. Entonces nos pareció importante rescatar la otra pandemia del olvido porque parece que hay cosas que sacuden nuestras vidas y, cuando pasan….
Daniela Fejerman: Las olvidamos.
Elvira Lindo: Sí, las olvidamos absolutamente. Y mirando hacia los personajes que padecieron esa otra pandemia, nos damos cuenta de que muchos de ellos están vivos; están en su madurez y algunos están en sus sesenta, sesenta y tantos años, y ya no están en primera plana de los periódicos. Y sigue habiendo muchas zonas oscuras, sobre todo en lo relativo a las mujeres que padecieron el SIDA porque fue un colectivo completamente oscurecido el que padeció esa enfermedad.
Daniela Fejerman: Sí, que no se hizo visible y sigue invisible hasta ahora. El colectivo gay hizo mucho para que se encontraran soluciones y avances médicos, y a la vez visibilizó la enfermedad. Y en la zona de sombra quedaron las mujeres, los niños…
Elvira Lindo: ¿Qué ocurría con una mujer que tenía VIH y que tenía que seguir trabajando y relacionándose con los demás? Y con esa desconfianza que queda en el cuerpo de “¿los demás se han enterado?¿Los demás saben qué me pasa? ¿Me rechazan por eso?” Todo eso parece extraño ahora y parece que todos somos mucho más abiertos respecto al tema y cómo pudo suceder. Pues sí sucedió, y esas personas fueron estigmatizadas y excluidas de muchos aspectos de la vida.
Sigue habiendo muchas zonas oscuras, sobre todo en lo relativo a las mujeres que padecieron el SIDA porque fue un colectivo completamente oscurecido el que padeció esa enfermedad” (Elvira Lindo).
Elvira, ¿qué te ha impulsado a ponerte detrás de la cámara con este relato?
Elvira Lindo: Como decía Daniela: de una forma natural. Una colaboración que se lleva al máximo extremo. Era tan clara la colaboración en la preparación del guion, la escritura, los personajes y sus casas, dónde se mueven…Al final, todo eso se desarrolló hasta el final, y a mí me parece algo natural el haber estado. Los actores dicen mucho que las cosas tienen que ser orgánicas, y hubiera sido una pesadilla si yo no me hubiera visto ahí. Enseguida me vi integrada en todo este lío.
Daniela Frejeman: De hecho, yo me acuerdo que al principio, cuando estábamos con el guion, me decías “yo quiero estar de alguna manera”. Y al final eso se transformó en que estabas por completo (ríe).
Elvira Lindo: Yo no me refería a dirigir, pero decía: “yo no me quiero desvincular, yo quiero saber cómo se hacen las cosas”. Lo había hecho con algunos guiones que había escrito, pero jamás se me había pasado por la cabeza dirigir. Y en esta ocasión fue bastante natural el estar allí, y los personajes los conocíamos tanto que era natural tratar de hacer que se movieran como nosotras queríamos.
Cuando estábamos en el guion, me decías “yo quiero estar presente de alguna manera”… Y al final, eso se transformó en que estabas por completo (Daniela Fejerman)
¿Qué supone para vosotras este festival y presentar la película en su inauguración?
Daniela Fejerman: Inaugurar es un privilegio.
Elvira Lindo: Y un honor.
Daniela Fejerman: Sí. Lo recibimos como un regalo. Es poner tu película por primera vez ante un público que está volcado con el Festival. Ponerla en un teatro precioso que va a estar lleno… Luego la realidad de las salas viene después y es otra. Ahora vamos a agradecer este regalo y disfrutarlo
Elvira Lindo: Las películas se viven de manera diferente si las ves en un cine donde está respirando un público vibrante. Es un regalo estar aquí, en el teatro Cervantes. Lo vamos a vivir con alegría.
Es un regalo poner tu película por primera vez ante un público que está volcado con el Festival” (Daniela Fejerman)