ESPECIAL FESTIVAL DE MÁLAGA
Manuel Gutiérrez Aragón: “La censura era sobre todo un engorro, te producía irritación”
A este cineasta cántabro el éxito le llegó desde muy joven. Con su primera película, Habla, mudita ya conquistó el Festival de Berlín donde se llevó el premio de la crítica. Desarrolló su obra entre los últimos estertores del dictador y la transición con la que fue en crítico en algunas de sus películas. Hoy, Manuel Gutiérrez Aragón se sienta con FlixOlé en su condición de presidente del jurado de Málaga 2023 para charlar sobre su obra y el estado del cine español.
Eres el presidente del Jurado en el Festival de Málaga ¿Cómo te llegó esta petición y qué sientes al tener este cargo?
El año pasado ya me llamaron para el jurado y no pude venir. Yo esperaba que se hubieran olvidado ya del asunto, pero no se olvidaron. Y entonces, este año ya no me ha quedado más remedio que venir. A Málaga he venido muchísimas veces y siempre con mucho gusto. Y la verdad es que estando en un jurado te pones al día de muchísimas películas, tanto latinoamericanas como españolas. Entonces, en ese aspecto haces la labor del año, ya lo tienes todo visto.
De una película lo que más valoro es que me sorprenda” (Manuel Gutiérrez Aragón)
A nivel general, ¿Qué te parece el nivel de las de las películas que se presentan este año?
Yo no puedo hablar sobre las películas porque todavía el jurado no ha deliberado y no podría. Pero siempre me impresionan las películas latinoamericanas porque son las más diversas, porque es otro mundo que no es el tuyo. Y este año pienso que la calidad del cine español últimamente ha aumentado, por lo menos, el interés de la gente. Creo que las películas españolas de este festival están a la altura, y las latinoamericanas siempre tienen el plus de lo extraño o lo lejano, mundos que no conocemos bien. Y también los acentos que son muy, muy atractivos. O sea, que no lo estamos pasando mal, a pesar de que la tarea de juzgar nunca es muy agradable.
Con tus primeras películas conseguiste premios en festivales como Berlín ¿De qué forma ayudaron estos festivales a tu carrera?
Al principio, el que la película vaya a un festival llama la atención, sobre todo en una época en que ir a los festivales no era tan frecuente en España. Para mí el que mis películas fueran al Festival de Berlín y salieran premiadas fue muy, muy importante porque si no, no se fijan en ti. Los festivales, que hay muchos, quizá demasiados, llaman mucho la atención sobre las películas y las películas necesitan un plus para llamar la atención. Si no, en casa no se venden.
Eres parte de esa generación de cineastas que nació en el tardofranquismo, en la Transición. ¿Cómo fue para vosotros hacer cine en esta época?
En mi primera película sí me cogió la censura, pero después ya no. Solo tuve una que tuvo problemas de censura porque todavía no había muerto Franco. Pero la censura, sobre todo, era un engorro, te producía irritación. Pero a cambio de eso, la gente se sentía muy atraída por todas las películas porque descubría cosas, o se inventaba cosas que en la censura había. Y había también una cierta complicidad con el espectador, complicidad que luego se perdió.
En la Transición, sobre todo, había mayor complicidad entre el espectador y el cine español; luego eso se perdió, desgraciadamente, por circunstancias que no vienen a cuento. Pero pienso que últimamente se está recuperando otra vez el que la gente no hable mal de nuestro cine. De todas maneras, es una cosa que pasa en todos los países; hablas con un alemán y detesta el cine alemán. Los franceses también, aunque menos, y los italianos lo hacen con el suyo. Pero al final van a ver las películas que tienen que ver también ustedes.
Durante la Transición, había mayor complicidad entre el cine español y el espectador” (Manuel Gutiérrez Aragón)
Estuviste en la presentación de FlixOlé, donde se encuentra prácticamente toda su filmografía. ¿Cuáles creen que crees que han sido las películas que más han definido tu carrera?
Sí, casi todas mis películas están en FlixOlé, y entro a verlas a la plataforma porque, a veces, se me olvida algo que me han preguntado sobre un personaje o cualquier aspecto de mis películas.
Y la verdad es que las películas, cuando las terminas, tus recuerdos casi no tienen que ver con el contenido, con la película misma. Tienen que ver con lo que pasó con los actores o lo que pasó en torno al rodaje. Eso sí, guardo mejor recuerdo sobre las primeras porque era más joven y tenía más ganas. Rodar cine en España en los años 70 y 80 era durísimo, durísimo. La gente, además, era un poco antipática los unos con los otros. Eso se ha perdido: el trato en los equipos es mejor que el que había antes.
Rodar cine en España en los 70 y 80 era durísimo” (Manuel Gutiérrez Aragón)
Antes los equipos se trataban muy mal, eso solo lo sabe la gente del cine. También los rodajes eran muy largos; ahora, desgraciadamente son más cortos porque te han quitado semanas. Pero, pese a la dureza de las películas y al miedo que te da estar haciendo la primera película, mis mejores recuerdos son sobre aquellas iniciales. Yo creo que la que mejor recuerdo guardo es Maravillas.
También tenemos como predilectas películas como ‘Sonámbulos‘ o ‘Demonios en el jardín‘. ¿Qué recuerdos te traen estas películas?
Cuando empecé, mis películas eran más bien raras, como ‘Sonámbulos‘ o incluso ‘Maravillas‘, eran más rompedoras. No eran de La Movida pero ya había una cierta ruptura con el cine tradicional. Y eso llamaba mucho a unos y, por otra parte, a otros no les gustaba. Y luego di un cambio a un cine más clásico. Me fui haciendo mayor, ¿no? (ríe) Y entonces hice un cine más convencional o, por lo menos, más clásico.
Eso me abrió puertas al gran público pero perdí un poco la frescura de las películas rupturistas. Entonces yo recuerdo con ganas las primeras, aunque fueran películas que gustaban solo unos pocos. Yo tuve mucho apoyo de la crítica siempre; mientras que otros directores siempre se quejan de la crítica, yo no puedo quejarme porque las primeras las impulsaron estos profesionales. Si no, no estaría aquí. Pero luego ya entré en una zona más remansada de cine. Pero, sobre todo, es una satisfacción hacer una película. Es un artefacto muy caro, muy complicado y al final te gusta que sea reconocido por el mayor número de personas, no por un crítico.
Mis primeras películas eran una ruptura con el cine tradicional de aquel entonces” (Manuel Gutiérrez Aragón)
Y de estas últimas décadas, ¿te quedas con alguna película en concreto?
Bueno, ya sabes que los directores, en general, no somos buenos jueces de nuestras propias películas. Siempre tienes simpatía por una, pero la gente por otra.Y yo pienso que uno no juzga bien sus películas. Si hay una película que no ha funcionado, que le han dado palos y tal, justamente es la que te apetece, la que dices que es la buena. No somos fiables a la hora de juzgar nuestras propias películas.