ESPECIAL FESTIVAL DE MÁLAGA
Daniel Guzmán: “Mi película es como un Resacón en Las Vegas pero cañí, un resacón de barrio”
FlixOlé entrevista a Daniel Guzmán en la 25ª edición del Festival de Cine de Málaga, donde presenta la película Canallas, en la que también figura como actor junto a Luis Tosar o Joaquín González. Este último es su amigo ‘de toda la vida’, y Daniel ha confiado en él para uno de los papeles estelares del film.
Estamos en la 25ª edición del Festival de Málaga, el festival por excelencia del cine español, y presentas tu película Canallas, sobre la que comentaste que te había costado siete años sacarla adelante. Cuéntanos un poco sobre el proyecto de Canallas. ¿Qué se va a encontrar el espectador?
Canallas es una comedia disparatada y muy canalla. Se trata de una comedia popular, de gente muy particular y personajes inclasificables, pero a la vez muy cercanos y reconocibles para el espectador. Y de la gente que vive el día a día, de esa parte mayoritaria que tiene sentido del humor y que es canalla.
Es una película que habla sobre la picaresca, algo muy reconocible en nuestro país; sobre el sentido del humor y que intenta generar, con personajes muy peculiares y muy particulares, mucha risa y disfrutar de los 100 minutos que dura la película.
El objetivo es intentar que el público se ría y desconecte todo lo máximo posible a través de una historia, a mi modo de ver muy cercana, en la que espero que el público se identifique y reconozca a esos personajes, aún siendo tan particulares y tan especiales. Que el público se reconozca y que disfrute, básicamente.
Canallas es una película que habla sobre la picaresca, algo muy reconocible en nuestro país”
Cuéntanos más sobre estos siete años preparando la película. ¿Cómo ha sido el proceso de gestación del proyecto? ¿Cómo lo has ido llevando a cabo?
Es una película que tiene una dificultad, que supone un reto a nivel de dirección. Conjuga actores no profesionales con actores profesionales para que ambos beban de la realidad y de la técnica; o sea, de la ficción y de la realidad. Con ello, al final los tiempos de trabajo se multiplican, de esfuerzo, de dedicación… Ruedas muchísimo más para conseguir un resultado muy, muy concreto, que tenga mucha verdad, mucha organicidad.
Es una comedia que intenta alejarse de ciertos formulismos, lugares comunes o convencionalismos que, a veces, acompañan este género. He intentado hacer algo distinto, pero a la vez que tenga los cánones de la comedia.
Mi objetivo siempre ha sido hacer reír, y yo quería hacer una comedia para disfrutar. Yo me llevo riendo de la vida todo lo que puedo y el sentido del humor es parte de mi vida y me apetece compartirlo. Me gusta reírme de mí y de todo lo que me rodea. Entonces, me apetecía hacer una comedia, concretamente porque era un género diferente a A cambio de nada pero, sobre todo, por hacer reír a la gente.
He intentado hacer algo distinto, pero que a la vez tenga los cánones de la comedia”
¿El proceso? A mí los guiones me suelen costar bastante, porque es adaptar la realidad a la ficción y la ficción a la realidad. Se establece una línea casi indivisible en la que no sabes qué es verdad y qué es mentira, ya que Canallas también habla de la mentira, y de la ficción y la realidad.
Me ha costado como cuatro años escribir el guion. Y luego, en cuanto a la financiación, tuve mucha suerte porque Movistar me apoyó desde el principio. En Universal creyeron en el proyecto, al que le veían mucha vocación popular para hacer una comedia que llegara al máximo público posible. Les gustó mucho.
Luego, lo que más me ha costado ha sido el hacer dos arranques, pero llegó la pandemia y tuvimos que parar; después hicimos un tercer arranque y, por último, he estado un año y medio montando.
Me ha costado muchísimo porque buscaba un resultado muy, muy concreto, y tenía muchas horas de rodaje porque lo hice con dos cámaras. Eso es lo que más tiempo me ha llevado. Y hasta que no he tenido la película que quería, no he parado.
Los tiempos se disparan y, cuando uno quiere una cosa muy concreta, el camino es muy largo… Pero bueno, yo creo que hacer cine es contar historias, e intentas que no sean iguales unas de otras: no tienen el mismo proceso creativo, o el mismo proceso de ejecución, unas que otras. Hay películas que son más complicadas de llevar a cabo, sobre todo cuando tienes actores no profesionales.
Hasta que no he tenido la película que quería, no he parado”
Esa era otra de las cuestiones: no es la primera vez que ruedas con actores no profesionales. En este caso es Joaquín, el alma de la película y quien, además, lo conocías desde hace mucho tiempo.
Sí, sí, yo lo conozco desde los 14 años. Desde que lo descubrí, dije: es un personaje que genera comedia, inclasificable. Haga lo que haga, lo que haga o diga, te ríes, porque tiene ese don. Es un personaje a descubrir por el público. Es un tipo que, para mí, puede ser un fenómeno social, porque genera tanta comedia… Y su mundo, entre la realidad y la invención, entre la verdad y la mentira, me parecía que era un material único para hacer una comedia.
Él, su familia, su entorno, somos nosotros… Me parece que es un material para estar todo el rato riéndote, para estar a carcajada limpia; pero a la vez también para reflexionar, porque tiene también un trasfondo social. Un material maravilloso y único para hacer una comedia, para que la gente se riese…
Yo no sé definir mi película, o soy malísimo para definirla, pero creo que es como un Resacón en Las Vegas pero cañí, un resacón de barrio. Es una cosa disparatada que genera cierta humanidad y empatía, y que te ríes. Bueno, ese era mi objetivo, que la gente se riese. Disfrutar.
Mi película es como un Resacón en Las Vegas pero cañí, un resacón de barrio”
Sobre tus referentes: hablabas del neorrealismo, también de la picaresca Berlanguiana, en tu comedia hay algo también de Javier Fesser. ¿Cuáles han sido tus referentes para esta película?
La verdad es que es una película, en cierta manera, difícil de clasificar, porque no es convencional, no sigue unos patrones de fórmula por el riesgo que tiene. Pero yo creo que también he bebido de cierta corriente cinematográfica como el neorrealismo.
También de comedias, como por ejemplo Resacón en Las Vegas, que son disparatadas con las que te estás riendo todo el rato. Es como una mezcla de géneros. También te viene a la cabeza Berlanga, con esos personajes… Se trata de una peli de personajes, con la que te estás riendo porque estás viendo unos personajes que te llevan a situaciones disparatadas y que no paras de reírte por ellos. Entonces, yo creo que es una mezcla de muchas cosas.
Tiene también algo de cine quinqui… No te podría decir de manera consciente, pero creo que tiene muchas reminiscencias de influencias que yo he tenido. A mí el cine quinqui me alucina, me encanta y lo reviso siempre. El neorrealismo me gusta mucho… pero también las grandes comedias inglesas o Full Monty, por ejemplo. Mi película también tiene que ver con eso. O Airbag. Hay películas que han dejado un poso. Pero Canallas es una comedia con una estructura muy convencional, de tres actos. Está todo con intención.
Canallas tiene reminiscencias de influencias que yo he tenido”
Pero seguro que tengo muchas reminiscencias o influencias de muchas cosas. Y sobre todo de mi vida, de estar viviendo con Joaquín toda la vida, riéndome de él, de mí, engañándonos… Nosotros no tenemos límites. Es una película incorrecta, porque nosotros somos incorrectos en la vida. Somos unos personajes: “Este tío, Joaquín, no puede ser actor…” (ríe) “¡Este tío ha hecho una película!”.
El otro día, cuando vi a 50 medios en la presentación de Málaga haciéndole fotos a Joaquín, yo no me lo creía. ¡Estoy loco! ¿Cómo he hecho una película con Joaquín..? Pues porque me he reído tanto con él y tanto con mis amigos: con Brujo, con Luismi…
Qué digo: con que se rían un 10% con Canallas de lo que me he reído yo de la vida con ellos… Es una peli que no se toma en serio, y eso es importante. Nos lo tomamos muchas veces demasiado en serio. Y yo el primero: cuando llego al pase, estoy desbordado. Desbordados están los que les cae un misil en casa. Nosotros hacemos cine y yo quiero divertir a la gente, que se ría y que desconecte. 100 minutos y ya está.
Es una película incorrecta, porque nosotros somos incorrectos en la vida”
Mencionas el cine quinqui. Es verdad que esta película es 100% comedia, pero siempre hay algo de tus primeros trabajos como actor, como director. Por ejemplo, la semana pasada incorporamos a FlixOlé el corto Entre vías…
¡Ah, sí! El corto de ‘Juanvi’ (Juan Vicente Córdoba).
Luego, también de otros papeles que has hecho, siempre vinculados a ese cine social, quinqui… Al final, aunque Canallas sea una comedia, está ese punto quinqui. Los propios personajes de Canallas son quinquis que se han quedado en esa época.
Totalmente. Los personajes de Luis, Joaquín y el mío propio pueden ser los personajes de jóvenes de A cambio de nada, solo que se han quedado ahí. Son tres niños que se han quedado en una época de sus vidas; y por eso generan tanta comedia, porque son personajes anacrónicos. Viven en ese pasado y siguen riéndose igual que entonces y siendo unos canallas. Por ejemplo: yo creo que Jackass es “un aperitivo” para lo que hacíamos nosotros de pequeños. Ahora veo muchas cosas y, en el fondo, seguimos igual, con la edad que tenemos.
No te lo vas a creer, pero es una película que funciona mucho con los chavales porque ven a tres descerebrados. Bueno, en Resacón en Las Vegas eran tres descerebrados también, ¿no? Ves a tres niños grandes haciendo las cosas que prohíben a los niños.
Yo, cuando los chavales han venido al montaje a ver esto, se reventaban de risa. ¿Pero por qué se ríen tanto? “¡Pues porque sois peores que nosotros! Lo que pasa es que vosotros hacéis lo que queréis y a nosotros no nos dejan”. Entonces, yo creo que hay una conexión entre esos niños grandes, que son esos niños de A cambio de nada, y que acaban con 40 o 50 tacos haciendo las mayores barbaridades que te vienen a la cabeza.
Es una película que funciona mucho con los chavales porque ven a tres descerebrados”
Y esta referencia ya es puro frikismo. ¿Puede ser que dentro de la peli aparezca un grafiti tuyo?
Si, tenéis un ojo clínico total. Mira, yo, yo llevo toda la vida puteando a Joaquín, toda la vida. Pero hasta límites insospechados. Y él a mí también, y Brujo y Luismi. Entonces, una de las veces él decía que se llama Johnny el Guapo, que le tenían que llamar Johnny el Guapo. “¿Hola, qué tal Joaquín?” Y él decía: “no, Johnny el guapo”. Imagínate. Entonces, yo le hice una pintada en su portal que ponía Johnny el Guapo, y luego me la lió durante dos meses: “que si eres un sinvergüenza, que pa´ qué me haces esto, que está toda la gente preguntándome quién es Johnny el Guapo…”
Y luego hice un ‘Tifón’, al lado, en la columna. Y, casualidades de la vida, yo no me acordaba de eso, porque puede que lo haya hecho hace 15 años. Y cuando estaba rodando, ya localizado, sin darme cuenta, en los planos donde está Joaquín de espaldas (o sea, frente a mí), se ve al fondo un ‘Tifón’… Y dije: ¡Qué maravilla!
Pero no lo hice aposta, no está pintado de antes. Es una “putada” que yo hice a Joaquín años atrás, que está intrínseco en la película y que sale en ella. Al final no es ni un guiño, no es algo que yo he hecho para hablar de una época de mi vida. Es que es algo real.
El grafiti que aparece en la película es una putada que le hice a Joaquín años atrás”
FlixOlé patrocina el Premio del Público en la sección oficial, y Canallas se estrena el 1 de abril. ¿Qué esperas en estos tiempos en los que la taquilla está muy complicada? ¿Qué esperas del público y qué recompensa te gustaría obtener de esta película?
La intención de esta película es que la gente desconecte y se ría de verdad, que la carcajada salga desde dentro y que te olvides, en 100 minutos, de todo. Creo que la risa es lo más necesario que hay ahora mismo, y necesitamos canalizar con ella todo lo que nos está pasando.
Venimos de la pandemia, estamos ahora con una guerra… bueno, una guerra que lleva ocho años pero que empieza a tener visos de complicarse aún más. También hay una recesión que es la hostia…
Yo creo que la gente necesita reírse, y me apetecía hacer una comedia para que la gente se ría. Y me gustaría que fuera bien la película, pero no por una cuestión taquillera. A mí eso me da lo mismo. Yo he hecho la película que he querido, me he sentido libre… pero me gustaría compartirla. El otro día, en el pase, la gente se reía y eran medios de comunicación. Y había carcajadas.
Uno se ríe de una cosa, otros de otra, y a veces os reís juntos. Para mí eso es la mayor satisfacción y el mayor objetivo. Las comedias se hacen para compartirlas con el público y el sentido del humor es para compartir; no es para uno, sino que es colectivo.
Hacemos una broma para que todos se rían, no para que yo me ría solo en casa. Esta película es para el público, hecha por y para el público. Todo el cine en sí, pero una comedia bebe de la carcajada. Y viendo el pase del otro día, gratifica mucho. Y ojalá vaya bien.
Me gustaría que fuera bien la película, pero no por una cuestión taquillera”
Ahora la situación en el cine es más complicada. Ya no todo el mundo va al cine, pero se está volviendo a ir otra vez. Entonces, si se produce el boca a boca y la gente dice: “tío, vete a verla, es indescriptible, te estás riendo todo el rato y no te la puedo clasificar: es que son unos personajes que salen vestidos de toreros, con un megáfono; una abuela con un señor mayor de 75 años en una moto pequeña hablando de la sexualidad; dos o tres canallas que lo único que hacen es engañarse y reírse los unos de los otros, y acaba uno enterrado, y le mean encima; quieren hacer campeona del mundo de yoyó a una niña que solo quiere estudiar, y quieren quitarla de estudiar porque lo tiene todo en Internet…” O sea, es una marcianada, pero si te ríes tendrá sentido todo.
Lo que le daría sentido es que gustase al público, porque la he hecho para ellos. A cambio de nada también la hice para el público, pero esto es otra cosa. Esto es una peli para compartir y para reírse. La risa ahora mismo es una necesidad.
Ya no todo el mundo va al cine, pero se está volviendo a ir otra vez”
Ahora te vamos a enseñar algunos de tus trabajos que se pueden disfrutar en FlixOlé, por si te apetece comentarlos…
¡Ostras! Vale, empiezo por Eso, de Fernando Colomo: fue mi primera película, concretamente una comedia. Tuve un personajazo, y fue un trabajo que me marcó, al igual que Éxtasis. Estas fueron mis dos primeras películas, mi primer contacto con esta industria y con contar historias y ser actor. Y son dos recuerdos impresionantes.
Aunque tú no lo sepas y Entre vías, ambas de Juan Vicente Córdoba: un tipo que habla siempre del barrio, habla desde la honestidad, desde la necesidad de expresarse y siempre le ha acompañado en todo eso. Es un amigo incondicional, y junto con A golpes…siempre nos une ese barrio, esa manera de ver la vida.
El grito en el cielo fue una película donde me reí muchísimo porque hacía de mimo y estaba cinco minutos sin hablar. Así, quieto. Con Ana Torrent, Dunia (que ya no está) y con Félix: me lo pasé muy bien. Mia Sarah fue un personaje totalmente diferente a todo lo que había hecho; me encantó hacerla, era un personaje tan lejano a mí que me sentí tan a gusto haciéndolo, yendo hacia él y creándolo…
¿Qué más? Severo Ochoa. Hacer Severo Ochoa de joven fue un reto para mí, fue impresionante. Es decir, yo fui a hacer de Severo Ochoa, el mismo personaje que Imanol Arias, ya que hacíamos los dos de él. Esto me pareció un regalazo, hacer un biopic y de alguien tan importante como fue Severo. Fue también uno de mis momentos más importantes.
Hacer a Severo Ochoa de joven fue un reto impresionante”
Y Quinqui Stars, qué te voy a decir del documental de ‘Juanvi’ del cine quinqui. Al final, el cine quinqui rebosa. En A cambio de nada, en Canallas… Bueno, es una parte de nuestra historia y una parte de la sociedad que, para mí, me tocó de lleno porque lo viví. Y el cine quinqui siempre tiene algo único y auténtico.
Y… joder, ¡no veas lo que tenéis aquí! (señalando a la tablet) También está Barrio, con Fernando, otro gran amigo, un tipo maravilloso al que quiero y admiro muchísimo. Y me dijo que hiciera un cameo en la película, que se rodó en Aluche, mi barrio. Uff, esto me está preocupando un poco porque ya veo la edad que tengo… ¿sabes? Son muchos trabajos. Sí, qué guay.