ESPECIAL FESTIVAL DE MÁLAGA
Sol Carnicero: “Cada película es un proyecto, un pedazo de tu vida”
El Festival de Málaga, en colaboración con la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, reconoce desde hace más de una década el trabajo de los diferentes técnicos del cine concediéndoles el Premio Ricardo Franco. Galardón que en la 25 edición del certamen se ha entregado a Sol Carnicero, la primera mujer en asumir la dirección de producción de películas en nuestro país.
En la 25 edición del Festival de Málaga te otorgan el Premio Ricardo Franco a toda una trayectoria en Dirección de Producción. Por desgracia, esa parte técnica del sector no es siempre tan visible a los premios. ¿Cómo afrontas este premio?
Lo afronto con un poco de desconcierto, pero con alegría. Con desconcierto porque realmente no me lo esperaba en absoluto, porque el Festival de Málaga tiene 25 años, pero yo tengo 55 de profesión. Realmente, mis mejores años digamos que fueron aquellos en los que había menos premios que ahora y sobre todo, menos premios para la parte más desconocida.
La Dirección de Producción sigue siendo una parte desconocida porque se confunde con la producción, lo cual a veces nos beneficia y a veces nos perjudica. No se distingue muy bien y creo que habría que saber distinguirlo. Yo soy directora de producción, no soy productora y llevo el premio a mi oficio, porque esto es lo que me concede y esto es lo que me gusta del premio, con mucho orgullo y me gusta mucho ser directora de producción.
Mis mejores años digamos que fueron aquellos en los que había menos premios que ahora y sobre todo, menos premios para la parte más desconocida”
Empezaste en televisión, luego poco a poco te metiste en el cine. Pero, realmente, la primera película que haces como directora de producción es con otra mujer, también pionera del cine, como es Cecilia Bartolomé. ¿Cómo son esos inicios en el mundo del cine?
Inicios no son tan inicios, porque en realidad mis inicios fueron, como tú bien has dicho en televisión en el año 67 y 68. Y cuando llego a hacer esta película como directora de producción es diez años después, en el 77. Entonces claro, para mí no son tan inicios, ahora sí, porque ahora ya diez años me parecen poquísimo. Pero entonces, cuando eres muy joven, diez años te parecen muchísimo.
En esos diez años hice muchas cosas. Hice de todo y bueno, se me fue de alguna manera encaminando a lo que se suponía que hacía mejor. Yo quería estar en dirección; estar, nunca he pretendido dirigir porque me parece que para dirigir hay que tener unas condiciones que yo no sé si tengo, o si por humildad prefiero decir que no las tengo. Pero sí quería estar cerca.
Yo quería en ese momento ser ayudante de dirección. Hice pinitos, de todo, estuve y fui script; fui ayudante de dirección, pero parece ser que lo que se me daba mejor era la producción y me fueron encarrilado hacia la producción y yo lo acepté y supe apreciarlo y supe quererlo.
Y, después, he querido muchísimo a la producción y sobre todo eso, ser directora de producción. Cuando llego a ser directora de producción con Cecilia Bartolomé también lo he apreciado más después, porque realmente es cuando me he dado cuenta.
En aquel momento me parecía lo normal y era un poco eso, el camino que llevaba y a lo que me conducía. Luego me he dado cuenta de que sí, que era algo un poco insólito en aquel momento. Y que, tanto para Cecilia como para mí, que éramos dos novatas y dos debutantes en esto, fue todo un hito. Y ahora me doy cuenta, 45 años después de aquella película.
Una cosa que recomiendo, sobre todo a las nuevas generaciones y a todos los que estéis en esto en unas etapas más principiantes, es que os arriméis siempre a la gente que os pueda enseñar”
Después de 50 años de carrera, has trabajado con los mejores directores del cine español. El cine es un mundo muy complicado. Mucha gente busca trabajar ahí, no hay sitio para todos, es una mezcla de trabajo, talento, suerte… ¿Cuál es la fórmula que te ha llevado a tener una carrera tan larga y tan exitosa?
Tú lo has dicho. Lo del talento no me lo atribuyo, pero bueno, un poco de suerte y un poco de tesón. Y sobre todo para mí, una cosa que recomiendo, sobre todo a las nuevas generaciones y a todos los que estéis en esto en unas etapas más principiantes, es que os arriméis siempre a la gente que os pueda enseñar. Eso es lo fundamental, que cuando veáis que por ahí no vais a aprender nada, cambiéis de rumbo. Y que cuando veáis que sí, que hay gente que os puede aportar y que os gusta y de la que podéis aprender, os arriméis a esa gente. Esa ha sido mi lucha. Y lo he conseguido.
Hablando de gente joven y de estos nuevos tiempos, ¿Cómo ves el avance del cine español y en concreto de la Dirección de Producción? ¿Sigues viendo ese avance en la industria hoy? ¿Qué ha cambiado con respecto a tu etapa?
No lo sé. La industria cambia como cambia el mundo y como cambia todo. Pienso que cambia hacia delante. Pienso que avanza, en unas cosas vamos perdiendo, en otras cosas vamos ganando.
A mí me parece que el cine de hoy es muy bueno, como era el cine de hace 40 años, cada uno en su momento. Las cosas hay que analizarlas en torno a su contexto. Hacíamos un cine muy bueno entonces, con los medios que teníamos y con lo que la sociedad esperaba de los cineastas. Y yo creo que ahora también, siempre vamos hacia adelante.
Ahora hay más escuelas; los técnicos, sobre todo, empiezan con más conocimientos que con los que empezábamos antes. Antes empezábamos un poco al buen tuntún, y nos íbamos buscando nuestro sitio. Ahora no, ahora los técnicos sabéis bastante más de lo que estáis haciendo. Vamos hacia adelante. No se puede comparar.
Cada época, en cada momento, ha tenido su gente, sus directores, sus cineastas y sus películas, que es lo bueno, que al final queden unos productos que merezcan la pena.
El cine es la forma en que la literatura o la educación puede llegar a los jóvenes de una manera más directa”
Quizá para esa formación de nuevos cineastas también es muy importante la parte base. Sabemos que tú también has sido profesora, que has estado muy implicada en proyectos que luchaban porque en los colegios e institutos haya estudios de cine y se enseñe más de cine. Cuéntanos qué proyectos tienes últimamente con relación a ello.
En cuanto a la dirección de producción, en cuanto al oficio que me ha traído aquí y por el que me dan este premio, del cual me siento muy halagada, digamos que estoy en retirada. Ya hay unas generaciones a las que yo he enseñado, que son las que en este momento están en primer plano.
Ahora me centro un poco más en otra de las cosas que me ha llevado muchos de los últimos años, que es la Academia de Cine, e intentar que el cine sirva como base en la educación. Que el cine sea una materia que se estudie en las escuelas, que se estudie desde muy pequeño, desde muy joven.
El cine, de alguna manera, no digo que sustituya a la literatura porque no la podrá sustituir nunca, pero sí la complementa. El cine es la forma con la que la literatura o la educación puede llegar a los jóvenes de una manera más directa. Creo que eso no se debe desaprovechar.
Tiene que estar ahí, que los políticos lo deben acoger y que, como en España la educación está repartida por las distintas autonomías, que haya un pacto de Estado y que el cine se lleve a la educación en primera enseñanza.
Cada época, en cada momento, ha tenido su gente, sus directores, sus cineastas y sus películas, que es lo bueno, que al final queden unos productos que merezcan la pena”
Ojalá haya una asignatura de cine español.
Sí, lo que pasa es que no sólo es una asignatura de cine español. Fíjate que sí, que la asignatura del cine español me parece estupenda, porque el cine español puede ser nuestra historia. Pero es que además, es nuestro futuro.
Por una parte, el cine, el patrimonio de cine que ya tenemos, nos sirve para conocer lo que somos, de dónde venimos y lo que hemos hecho. Pero al mismo tiempo, el audiovisual, lo que no está hecho, nos tiene que llevar a ser más libres y mejores: a saber lo que nos quieren contar y lo que nos quieren contar mal.
Lo tenemos que saber interpretar y conocer. Hoy en día es muy fácil engañar con imágenes y vosotros lo sabéis mejor que yo. Está al cabo de la calle las fake news. Las fake news que en un en una cuestión personal o en unos whatsapps pueden ser una tontería, llevados a términos políticos y a términos internacionales y nacionales pueden ser muy graves.
Esto se debe enseñar en las escuela. Los pequeños lo deben saber, igual que saben que las páginas se pasan así, porque tenéis una tableta desde que habéis nacido y ya sabéis que las páginas se pasan así. Hay que saber qué nos quieren decir esas páginas. Eso es importantísimo y eso es lo que tenemos que conseguir un poquito entre todos.
El patrimonio de cine que ya tenemos nos sirve para conocer lo que somos, de dónde venimos y lo que hemos hecho. Pero al mismo tiempo, el audiovisual, lo que no está hecho, nos tiene que llevar a ser más libres y mejores”
Más allá de la Sol Carnicero profesional del cine, ¿eres también gran consumidora del cine y te gusta verlo?
Me gusta muchísimo. Me gusta verlo en pantalla grande. Entiendo las plataformas y poder consumir cine en casa es una comodidad tremenda y está muy bien y lo hago, pero realmente creo que no consigue las mismas emociones. El cine, hablo de cine porque para mí es cine, pero bueno, es audiovisual, son medios. Considero que significan muchas más cosas y verlos en una pantalla grande, verlos en silencio, podernos concentrar en lo que estamos viendo, a mi me parece muy importante. Defiendo la pantalla grande a capa y espada.
Repasando tu trayectoria, has trabajado con Berlanga, con Pilar Miró, con Jaime Chávarri, con los más grandes. Pero, mirando atrás, ¿hay algún proyecto, algún director con quien te hubiese gustado trabajar, pero se te quedó clavada la espinita?
Sí, se me queda uno, pero ya no tiene arreglo. Ana Mariscal se me quedó.
¿A cuál de tus películas le tienes una especial cariño?
Todas son especiales porque cada película es un proyecto, un pedazo de tu vida. Ten en cuenta que cada película, por lo menos de la forma en que las hacía yo entonces, que era desde el principio, desde el momento en que un productor daba carta blanca a un guion, hasta el momento en que se estrenaba en salas, nos podía llevar un año.
Ahora se trabaja de otra manera. Es todo mucho más rápido. Hay más puestos intermedios. Es otra forma de trabajar, pero de la forma en la que yo he trabajado cada película era un año y un año de tu vida es mucho. Entonces yo no creo que haya películas que no hayan merecido la pena. Todas las películas me han merecido la pena. A algunas les tendrás más cariño porque a lo mejor te involucraste más con los del equipo o con el guion.
Con el guion siempre me he involucrado mucho, sobre todo con lo que quería contar la historia. Luego ha habido directores y directoras maravillosas, pero parten del guion. Para mí, la idea es fundamental, es lo que quieres contar, lo que quieres que se sepa. Azcona para mí ha sido fundamental.
Pasártelo bien mientras estás haciendo un trabajo es lo mejor a lo que podemos aspirar en la vida”
Retomando el tema de la educación y retomando el tema del cine español, ¿tiene el cine español o el mundo que rodea esa memoria? Ahora que estamos de centenarios con Berlanga, con José Luis López Vázquez, va a ser ahora también el de Juan Antonio Bardem, el de Fernando Fernán-Gómez… ¿se reivindica lo suficiente a estas personas dentro del cine español o lo deberíamos valorar más la historia que tenemos?
Hasta ahora, hasta prácticamente el año pasado, se había valorado muy poco. El año pasado hubo una iniciativa de la Academia y ha sido estupenda, que ha sido el año Berlanga. Esa iniciativa ha abierto la posibilidad de que se recuerde a otras personas como Fernando Fernán-Gómez, como José Luis López Vázquez, como Juan Antonio Bardem, que se está haciendo.
Al mismo tiempo es un peligro, porque ha tenido tal resonancia lo del año Berlanga -de lo que estoy encantada- que me da un poco de miedo. Dices: “bueno, si ahora solamente nos vamos a fijar en eso no sé si es lo correcto y lo adecuado”.
Desde luego, tenemos que tener una mirada retrospectiva con lo que ha sido nuestra historia, que es muy importante y muy valiosa, pero que al mismo tiempo tengamos el futuro a la vista. Está bien que conozcáis vosotros lo que ha sido nuestro pasado, pero que tengamos un futuro, que sepamos lo que queremos contar en el futuro, me parece muy importante.
Has trabajado en la Trilogía Nacional con Berlanga, ¿Cómo era trabajar con él?
Era curiosísimo, porque como era una persona excepcional, era muy listo. Era muy puñetero, era muy exigente, pero al mismo tiempo hacía que todo fuera muy divertido y que todos nos esforzamos al máximo por quedar absolutamente bien y por hacer nuestro trabajo lo mejor posible. Eso es lo que deberíamos conseguir en cualquier trabajo, pasártelo bien mientras estás haciendo un trabajo es lo mejor a lo que podemos aspirar en la vida. Así era Berlanga, un pedazo de cabrón con pintas. Pero, sobre todo, una persona de la que querías estar a su lado porque aprendías muchísimo.
Otra directora con la que repetiste en varias ocasiones, también una mujer muy pionera, fue Pilar Miró ¿Qué recuerdos tienes de trabajar con ella?
Otra bestia parda, porque Pilar lo que era, era eso. Pilar sí que tenía que estar constantemente demostrando que siendo mujer podía llegar a unas cimas que hasta entonces no se había llegado siendo mujer. Y ella se lo proponía y lo conseguía. Era muy, muy exigente, también muy difícil y muy cabezota. Entonces yo con Pilar muchas veces he peleado, he discutido, pero al final nos entendíamos bien porque las dos teníamos un poco como la misma materia. Decíamos: venga, esto hay que sacarlo por encima de todo y cueste lo que cueste.
La Academia sacó hace unos años un listado de 100 películas para educar dentro del cine español. Para Sol Carnicero, ¿Cuáles son los títulos imprescindibles del cine español?
Quizás a mí me ciegue la pasión y bueno, pues qué te voy a decir, Plácido y el Verdugo. Pero hay muchas más. Esas 100 costó mucho sacarlas porque se discutió mucho. Hubo muchas personas cualificadas y mucho talento discutiendo aquella lista de 100. Las 100 son importantísimas y, sobre todo, lo que creo es que hay que continuarla, porque esas 100 eran solamente del siglo 20. Estamos en el siglo 21, estamos en 2022 y ya hay muchas películas de 2022. Esa lista hay que continuarla y se tiene que conocer. Es nuestra historia, es nuestro patrimonio.
¿Hay algún cineasta que no haya sido reconocido o que no es tan conocido para el gran público que tú consideres que merecería una mayor reivindicación?
No me atrevo. Los hay. Iba a decir Erice, pero Erice sí está reconocido. Tiene poca cinematografía, pero reconocido está. No lo sé. A lo mejor los que no están reconocidos yo no los he visto porque no me han llegado a mi tampoco. Conozco los que conocemos todos.
Una película española, Alcarrás, de Carla Simón, gana en Berlín después de cerca de 40 años, ¿Cómo has recibido esta sorpresa?
Me voy a verla ahora mismo porque la pasan dentro de un ratito. Estoy feliz porque, lo primero, es una mujer. Yo no estoy en la lucha feminista de las mujeres. Me parece estupendo que la haya, pero siempre he considerado que tenemos casi los mismos problemas las mujeres que los hombres para sacar algo adelante, algo interesante y que merezca la pena. Me alegro muchísimo, hacía 40 años desde que Mario Camus había tenido El oso de Berlín, que España no tenía hasta entonces. Claro que sí, me alegra. Me alegra muchísimo.