10 películas imprescindibles para descubrir a Sara Montiel
María Antonia Abad Fernández. Sara Montiel. Saritísima. Todos los caminos (y nombres) llevan hasta una de nuestras actrices más internacionales. Nacida en Campo de Criptana, una humilde población de Ciudad Real, se trasladó siendo muy joven a Orihuela debido al asma de su padre. Allí salta a la fama local después de deslumbrar a todo el mundo cantando una saeta en la Semana Santa de la localidad. Buscará pastos más verdes trasladándose a Valencia donde recibirá una formación específica que le llevará a ganar un concurso de talentos en el madrileño Parque del Retiro.
Gracias al premio y a unas fotografías, es captada por el cineasta Ladislao Vajda, que le da su primera oportunidad cinematográfica en Te quiero para mí, en la que debuta con el nombre de María Alejandra. No sería Sara Montiel hasta su segunda película, Empezó en boda. Tras participar en films como Don Quijote de la Mancha, su gran oportunidad le llegó “enfrentándose” en pantalla con la gran estrella de la época Aurora Bautista en Locura de amor, biografía de Juana la Loca, dirigida por Juan de Orduña. El arrollador éxito de esta película le llevaría posteriormente a México y Estados Unidos donde disfrutaría del reconocimiento internacional y compartiría reparto con intérpretes como Agustín Lara, Pedro Infante, Gary Cooper, Burt Lancaster, Joan Fontaine o Charles Bronson.
En el décimo aniversario de su fallecimiento, en FlixOlé repasamos 10 títulos para conocer a Sara Montiel, una de nuestras actrices más populares
La violetera (1958)
Uno de los títulos más emblemáticos de Sara Montiel. Como dirían los americanos, una historia tradicional de rags to riches. Como decimos los hispanohablantes, el cuento de La Cenicienta hecho película. Una vendedora de violetas conoce a un joven aristócrata del que se enamora locamente.
La diferencia social entre ambos hace que el romance sea imposible. Él se casa por obligación con otra mujer y ella acaba alcanzando la fama como cantante. Años más tarde se vuelven a encontrar y el romance vuelve a arder con más fuerza que nunca.
El carisma arrebatador de Sara conquista toda la pantalla. Imposible no caer rendido bajo sus pies cuando entona El polichinela. Aunque no hubiese nacido en Chamberí, demuestra dominar la picaresca y chulería más cañí. Un imprescindible dentro de su filmografía más primeriza.
El último cuplé (1965)
Aunque Locura de amor es la película que la descubre para el gran público, El último cuplé es su primer gran papel como protagonista en un largometraje. De esta colaboración con Juan de Orduña salen algunos de sus números más icónicos como el Fumando espero que le acompañaría durante toda su carrera profesional.
Un melodrama de época y también de lujo, con cierto aire afrancesado y gusto por los números musicales barrocos. Juan de Orduña mezcla los géneros musical e histórico en una película que es un disfrute para los sentidos y que de paso ayudó a configurar el personaje de cabaretera/artista que acompañaría a Sara durante buena parte de su filmografía.
Carmen la de Ronda (1959)
Si alguna vez os habéis preguntado de dónde sacó la inspiración Fernando Trueba para La niña de tus ojos, la respuesta hay que encontrarla en esta película de Tulio Demicheli de 1959. Otra reinterpretación de uno de los mitos españoles por excelencia, Carmen, la cigarrera que vuelve loco de amor al sargento francés, José. Y es que por la culpa, culpita de Sara Montiel, todos los hombres caen rendidos a sus pies.
Un papel que parece hecho a la medida de una figura como la de Saritísima. La sensualidad encarnada en una persona. La ópera de Bizet adaptada muy libremente y llevada a un territorio más folclórico y español. Una película imperdible para entender un mito como el de Sara y cómo era capaz de trascender los largometrajes por los que pisaba.
Pecado de amor (1961)
Hay una ley no escrita en España que dice que todas las folclóricas deben como mínimo tener una película donde interpretan a una monja. Pecado de amor es el primer ejemplo de esta regla en la trayectoria de Sara Montiel. De corista a monja. Esto lo hicieron los americanos años después y reventaron las taquillas de todo el mundo. El film está narrado como un flashback desde su conversión religiosa debido al abuso de varios hombres a lo largo de su vida. Otra constante de su filmografía. Sara como perdición y víctima de los hombres a los que vuelve locos.
Calor. Sangre en las minas. Persecuciones. Amistad. La riqueza de esta película de José María Forqué no pasó desapercibida para el circuito internacional, y obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín (1957). Con un gran Francisco Rabal que se viste de bandolero andaluz y consigue una redención final relacionada con una tradición histórica que aún sigue en nuestros días: la liberación de un preso durante la procesión de “El Rico” en la Semana Santa malagueña.
Samba (1963)
Toda artista y/o folclórica debe tener como mínimo una película exótica o de viajes y Sara no podía ser menos. Si encima se combina con el recurso argumental del doble o las gemelas, la ensalada ya estaría del todo aliñada. Y es que Samba, es una película de fórmula, pero que confirma el estrellato de Sara y sobre todo su magnetismo animal con la cámara.
La actriz y cantante manchega interpreta un doble papel, el de estrella de la canción secuestrada misteriosamente y el de una humilde brasileña procedente de las favelas con sueños de triunfar en la música. Por supuesto, el embrollo y el cambiazo está ya preparado. Con aires de suspense y unos números musicales más realistas y menos fantasistas, el largometraje del siempre prolífico Rafael Gil es una apuesta segura.
La dama de Beirut (1965)
Primer papel protagonista con verdadero peso dramático dentro de la carrera de Sara Montiel. Una joven artista con sueños de triunfar como cantante, es secuestrada y mandada a un burdel de Beirut. Allí conocerá a un médico francés que se convertirá en su único aliado y que resulta ser el padre de un hombre del que se enamoró hace tiempo.
A pesar de su carácter dramático, La dama de Beirut continúa siendo una narración repleta de números musicales donde la actriz y cantante puede dar lo mejor de sí. Destaca su rendida interpretación de Perfidia, el bolero mexicano que creó Alberto Domínguez Borraz y popularizaron Los Panchos, Xavier Cugat o Nat King Cole entre muchos otros.
La mujer perdida (1966)
Para cuando Tulio DeMicheli vuelve a convocar a Sara Montiel para rodar en 1966, ya es una estrella consagrada. Y como toda buena estrella, se puede permitir interpretar el papel de ella misma. En La mujer perdida, no hay personaje, es Saritísima en todo su esplendor. Tiene tanta seguridad y tablas en lo que representa que se puede dar el gustazo de tener un número musical en italiano.
Otro melodrama musical de lucha de clases. La Montiel es Sara, hija de un pescador con aspiraciones de convertirse en una gran cantante en Madrid. Intentando cumplir su sueño conocerá a un diputado que le paga clases de canto y le introduce en la alta burguesía madrileña. Otra historia con aires de Cenicienta para alguien que ya había cumplido esos sueños en vida.
Tusset Street (1968)
Alejado de los melodramas musicales, Sara Montiel se pasa al pop más yeyé en Tuset Street. España se abría al extranjero y las modas más modernas invadieron nuestra cinematografía. Con guión de Rafael Azcona y Jorge Grau, este musical pop presenta el choque entre dos mundos, el de un arquitecto de éxito y una cantante del club barcelonés El Molino.
Dirigida por el veterano Luis Marquina, la película estaba trufada de números musicales donde Sara podía dar lo mejor de sí y sobre todo, de ejercer de icono pop, un estatus que de sobra ya había adquirido en su carrera.
Varietès (1971)
Una de las últimas películas de Sara Montiel con un Juan Antonio Bardem intentando encontrarse a sí mismo. Una Sara mucho más crepuscular se convierte en la segunda actriz de una compañía ambulante de varietés. Allí aparte de aguantar los desplantes de la diva titular, conoce a un rico empresario que le promete impulsar su carrera.
Saritísima juega con su condición de icono de la cultura popular para ofrecernos una visión más melancólica de sus habituales papeles. La interpretación durante el número musical perteneciente a Lágrimas negras, se encuentra entre las mejores de su carrera.
Esa mujer (1969)
El papel más dramático en la carrera de Sara Montiel. Dirigida por Mario Camus y basada en una novela de Antonio Gala. Narrada en forma de flashback, es la historia de una misionera violada que cree haber perdido a su hija muerta. Años más tarde, pega un cambio de rumbo a su vida cuando se transforma en una famosa cantante de éxito.
El peso del pasado, la experiencia traumática de ese acontecimiento catártico… confluyen en una película que va desde el drama más acentuado hasta el musical, pasando por la película de juicios.