Fernán-Gómez, a través de los ojos de su nieta, Helena de Llanos
Ponemos fin a la travesía que en su día inició el genio de Fernando Fernán-Gómez y que, con mucho cariño, hemos recreado a través de este especial en conmemoración de su centenario. Concluimos el pasaje con la entrevista a Helena de Llanos, nieta del escritor, actor y director, quien revive su obra y figura en Viaje a alguna parte.
Próximamente estrenarás un documental sobre Fernán-Gómez y Emma Cohen, titulado Viaje a alguna parte, el cual definiste como un documental “experimental, de autor”. ¿Cómo surge la idea de poner en marcha este proyecto y cómo ha sido ponerlo en práctica?
Helena de Llanos: Me temo que Viaje a alguna parte no es un documental, o al menos no responde a la dicotomía documental vs. ficción. Si hay que meterla en algún saco, diría que es un drama surrealista, una ficción soñante, una película donde se mezclan la realidad y la ficción a partir de la presencia y la ausencia de Emma Cohen y Fernando Fernán Gómez.
Entre toda la documentación recolectada para el documental, además de sus manuscritos teatrales (publicados en 2019), ¿cuáles han sido los objetos/creaciones encontradas de más valor intelectual o sentimental para ti?
H.L: Es difícil elegir, el archivo personal -sobre todo el de Fernán Gómez- es grande y variado. Un descubrimiento muy estimulante para mí han sido sus storyboards. Se remontan a sus proyectos de los años setenta con El pícaro. Fernando decía que dibujaba mal; mal o bien, a mí me hablan de una faceta suya desconocida, a la que dedicaba un tiempo y un esmero considerables. Los hay en acuarela, en lápiz, en cera Manley, la mayoría en vivos colores, otros, sobre todo los más antiguos, a lápiz, con menos detalles.
Otra cosa que a mí me aporta mucho son sus notas, tanto las de Emma como las de Fernando. Notas sueltas con ideas dispares, las encuentro en cualquier rincón y me gusta imaginar que son para mí.
¿En qué ha cambiado, si es que lo ha hecho, tu percepción sobre él y su obra el encontrarte con tanto material suyo?
H.L: Ha cambiado en lo personal en el sentido de que me ha hecho comprender, en parte, por qué nos veíamos tan poco durante mi infancia: Fernando no paró de trabajar. En cuanto a su obra, ha cambiado más la percepción de Emma, de cuyo trabajo sabía muy poco antes de ponerme a organizar su archivo. Además de dedicarse a la interpretación, Emma dirigió cortometrajes, escribió varias novelas, guiones, poemas, hacía collages. Es una creadora todoterreno a cuya obra vale mucho la pena acercarse.
Actor, cineasta, dramaturgo, escritor… Sin embargo, tu abuelo se autodefinía como “cómico”. ¿Cómo resumirías la trayectoria artística y profesional de tu abuelo? ¿En qué disciplina (si puedes elegir) te ha impresionado más?
H.L: Me impresiona su polifacetismo, su capacidad de dedicarse a tantas áreas (si bien todas ellas relacionadas), y a menudo bien. Creo que es de los primeros, si no el primero, al menos en su época en el estado español, en ocuparse de tantas tareas a la vez dentro de un mismo proyecto (a veces incluso hacía de escenógrafo). Fernando abrió un camino, con su trabajo nos dice que se pueden hacer varias cosas a la vez si te lo tomas en serio. Esto también vale para Emma.
¿Alguna de sus facetas artísticas sobre la que pienses que a Fernán-Gómez se le ha infravalorado o no se le ha destacado lo suficiente?
H.L: Creo que todas sus facetas están puestas en valor, luego los circuitos culturales tienen sus dinámicas dependientes del capital y de los azares; sin embargo, buena parte de la obra de Fernando circula, tanto la escrita como la cinematográfica.
Fuera de lo profesional y al margen de la opinión pública y mediática, ¿cómo era realmente tu abuelo en las distancias cortas? ¿Podría asemejarse a algún personaje de los que ha interpretado?
H.L: Era magnético, lúdico, divertidísimo, único. Para mí al que más se parece es al personaje que interpreta en Los restos del naufragio, de Ricardo Franco. Lo curioso es que este personaje está inspirado en el célebre director teatral Enrique Rambal, en cuya compañía trabajó alguna vez Carola Fernán Gómez, la madre de Fernando.
¿Y qué hay después del documental? ¿Has pensado en proyectos próximos sobre el legado de Fernán-Gómez?
H.L: Durante los cinco años que llevo trabajando en pos de realizar la película he organizado el archivo personal de Fernando y Emma con el deseo de que algún día sea de acceso público y lo custodie alguna institución competente; también se han editado libros, algunos más están por salir en los próximos meses, y diseñé una conferencia performativa sobre Fernando y Emma que estará unos días en el CDN en marzo de 2021. Participaré en la medida de mis posibilidades en las celebraciones del “año fernandino” hasta agosto del 2022. Después se cierra esta etapa y que vengan otros viajes a otras partes.
Sobre la figura de Emma Cohen, precisamente este año han salido a la luz varios de sus cortometrajes: ¿Cómo describirías a Emma Cohen como directora? ¿Van a poder ser accesibles para el gran público más allá de los que los han podido disfrutar en la Filmoteca de Catalunya?
H.L: Sospecho que para que algo sea accesible al gran público debe resultar rentable económicamente de antemano. Afortunadamente existen las filmotecas que conservan y ponen en valor un cine que nutre y es rentable para el espíritu, el cerebro y el cuerpo. También ponen a disposición muchos materiales online de forma gratuita, y ahí ese “gran público” puede acceder si tiene interés.
¿Cómo se influenciaron recíprocamente Emma Cohen y Fernando Fernán Gómez en su proceso de creación cinematográfica? ¿Cómo se nutrían el uno del otro?
H.L: Voy a citar unas palabras de Emma sobre el asunto: éramos unos compañeros que se comunicaban lo que iban a hacer. O si se coparticipaba o qué pesaba… Como son los compañeros, ¿no? Que se hablan, se comunican, intercambian, opinan, juzgan, hablan, callan, comen, pasean.
Sobre Emma y la dirección, el productor del documental que se va a estrenar declaró: “si no dio el paso al largometraje es por las dificultades añadidas de ser mujer en la industria en aquella época”. Tras la irrupción de grandes directoras en los últimos años y el creciente reconocimiento hacia ellas, ¿cómo ves la situación actual de las cineastas españolas? ¿Crees que aún queda mucho camino por recorrer para que se equipare en prestigio el trabajo de ellos y ellas?
H.L: Me parece que mientras vivamos en sociedades patriarcales seguirá habiendo desigualdad en todos los órdenes de la vida. Cada época tiene sus escollos para las mujeres por el mero hecho de serlo. A mí me ayuda conocer las condiciones de existencia del pasado para comprender las del presente y, desde ahí, intentar modificar mi entorno.
Cada vez hay más películas dirigidas por mujeres y también más interés por ver esas películas. No creo que sea una moda, y lo que tenga de moda hay que aprovecharlo para generar discursos interesantes y distintos, cuanto más variados mejor. Creo que el reconocimiento creciente de directoras es algo de cajón que tenía que pasar y está pasando, ¡y cuán más rico es!
En lo referente a tu trayectoria personal, ¿tienes pensado dar el paso a la dirección de un largometraje de ficción?
H.L: Como comenté al principio, no tengo nada claro que Viaje a alguna parte sea un documental, sino algo híbrido que no se preocupa por encajar en una categoría u otra sino por contar una historia lo mejor que he sabido. En este sentido, he dirigido una ficción, de hecho en la película aparecen actores interpretando. También lo que yo hago delante de la cámara es interpretar: no soy yo, Helena, en mi casa con una cámara que observa mi realidad cotidiana. H es un personaje de ficción con tintes autobiográficos.
Para terminar, unas pequeñas preguntas de respuesta corta. Quédate con:
Un papel interpretado por tu abuelo: El que interpreta en Stico
Una película dirigida: El mundo sigue
Un guion: ¡Bruja más que bruja!, escrito a medias con Pedro Beltrán
Una obra teatral y una novela: obra teatral, La coartada; novela, La Puerta del Sol