Un paseo por el cine de la España rural

Te presentamos 5 de las mejores películas ubicadas en la España rural

Películas sobre la España rural

Samantha Kowalski

La llegada del verano y el calor traen consigo las ganas de huir y desconectar de todo el ajetreo y el bullicio urbano. Y, ¿qué mejor manera que sumergirnos en la serenidad de los entornos de la España rural? Hogar de muchos y lugar de escape de otros, los pueblos españoles todavía guardan toda la esencia de las tradiciones de nuestro país. Desde las verdes áreas montañosas del norte, hasta los lugares más áridos y cálidos, consiguen sumergirte en la tranquilidad de su ritmo de vida. En FlixOlé te enseñamos 5 películas que lograran teletransportarte a los pequeños pueblos españoles. 

Basada en la novela homónima de Adelaida García Morales, la historia se centra en la vida de la joven Estrella (Icíar Bollaín y Sonsoles Aranguren) y en su relación con su padre, Agustín (Omero Antonutti). Él es un médico algo misterioso y enigmático. Aunque se crió en el sur de España, nunca habla sobre esa etapa de su pasado. Esto hace que Estrella sienta mucha curiosidad por él, especialmente cuando su abuela paterna va de visita a su casa. A medida que la joven va creciendo, va abriendo el cajón de los secretos más oscuros de su padre.

Víctor Erice consigue plasmar el despertar de la conciencia de los jóvenes cuando dan el paso a la adolescencia. Esto se refleja desde el principio del filme, con una secuencia lenta y completamente metafórica de Estrella abriendo los ojos en su cama al amanecer. La trama nos habla poéticamente de cómo el pasado y la memoria puede moldear a las personas; y explora una dualidad entre el norte y el sur de nuestro país. Originalmente concebida para durar dos horas y media, el rodaje se interrumpió por problemas financieros. A pesar de estar inacabada, la obra se presentó en el Festival de Cannes y se convirtió en todo un clásico del cine del panorama nacional.

Gildo (Juan Diego), un ganadero viudo, vive con sus dos hijas Val (Marta Etura) y Genia (Clara Lago) en un valle aislado de Cantabria. Es un hombre estricto y muy protector de sus hijas, a quienes obliga a hacer labores en la granja. La vida de la familia cambia drásticamente cuando Severo, un vecino del mismo oficio, es asesinado durante una disputa con Gildo por el ganado. Las cosas empeoran todavía más cuando Rai (Luis Tosar), hijo de Severo, vuelve al pueblo y se mete de lleno en la familia de Gildo. Esto desencadenará una serie de eventos que pondrán a prueba los lazos familiares.

El ámbito rural tiene gran importancia en esta película de Gutiérrez Aragón. El entorno natural que se muestra no es solo un telón de fondo o un escenario, sino que influye en la vida de los personajes. Las montañas y los campos de ganadería moldean las rutinas de la familia de Gildo. Viven aislados al resto de la población, escondidos entre las verdes montañas cántabras, provocando que las dos jóvenes ansien la libertad. 

Basada en la novela homónima de Miguel Delibes, nos muestra la vida de Daniel (José Antonio Mejías), un niño de once años a quien sus padres van a mandar a la ciudad para continuar con su educación. A través de él descubrimos sus últimos momentos en su hogar, y las distintas aventuras que vive con sus dos mejores amigos: Roque “el Moñigo” (Antonio Medina) y Germán “el Tiñoso” (Jesús Crespo). Conoceremos también al resto de habitantes y sus costumbres.

Ana Mariscal logra transmitir con esta película neorrealista la esencia de la vida en la España rural, especialmente en la niñez, que supone un espacio de libertad y aprendizaje para los más jóvenes. Lo hace todo con un ritmo algo lento, reflejando la tranquilidad de las áreas campestres, pero también sus penurias. Todo el mundo se conoce entre ellos. Cualquier cosa da de qué hablar y cada individuo no es más que un vulgar mote. La película trata el éxodo rural como una confrontación entre lo tradicional (quedarse en el pueblo) y la modernidad (ir a la gran ciudad). Además, se enfatiza la importancia de lo religioso en los pueblos españoles, donde la más mínima cosa ya es considerada un milagro.

Lourdes (Bárbara Lennie), una estudiante de Comunicación Audiovisual, viaja hasta Obaba, un pueblo ficticio del País Vasco, con la idea de realizar un documental. Se traslada acompañada de su cámara de video, para capturar la vida cotidiana y la historia de sus habitantes. Gracias a Miguel (Juan Diego Botto), va conociendo a cada vecino del pueblo, quienes le van narrando datos de su pasado y su presente. Pronto se dará cuenta de que los lugareños guardan muchos secretos e historias ocultas.

Armendáriz adapta la novela de Bernardo Atxaga y consigue crear una sensación de autenticidad y proximidad con los personajes. Utiliza, aunque no de manera estricta, ciertos recursos del found footage, mostrándonos diversas historias paralelas a través de la pequeña cámara de Lourdes. Todas las historias acaban teniendo relación entre ellas, representando así la esencia de las pequeñas comunidades donde todos sus vecinos están conectados de algún modo u otro. 

Villa del Río es un pueblo de Castilla donde la vida transcurre lentamente y en el que nunca ocurre nada fuera de lo cotidiano. Hasta que, un día, se anuncia la llegada de una delegación de Estados Unidos que viene a ofrecer ayuda económica como parte del Plan Marshall. La vecindad, comandada por el alcalde (José Isbert), se vuelca en organizar una impresionante bienvenida para los estadounidenses y asegurarse conseguir fondos. La ilusión inunda el pueblo y todos esperan con ansia la ayuda monetaria de sus invitados americanos.

Berlanga retrata caricaturescamente la civilización rural española de la posguerra y realiza una crítica social de la situación política del país, tanto nacional como internacional. Fue percibida como una sátira inofensiva de los estereotipos rurales, lo que permitió que pasara la censura a pesar de su tono crítico. La ironía es palpable desde un primer momento, considerando que España, bajo la dictadura franquista, jamás fue beneficiaria del Plan Marshall.

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