
Nueve películas para celebrar el Día del Libro
Nueve películas para celebrar el Día del Libro FlixOlé estrena nueve películas que llevan grandes obras literarias a la gran pantalla divididos en dos colecciones:
Regresas al Festival de Málaga con Los aitas, certamen que en el año 2009 ganaste dos premios con Pagafantas ¿Qué se siente al volver a este festival?
Han pasado 16 desde Pagafantas. Nos sorprendió porque era otro tipo de tipo de festival. Quizá ahora está más centrado en lo que debe estar centrado un festival, que es el prestigio y descubrir grandes talentos. En ese momento era una sección oficial más loca porque no solamente había cine de autor, también estaba Fuga de cerebros o mi peli; es decir, era otra cosa completamente diferente.
Con lo cual, está muy bien volver ahora en un contexto nuevo. Es verdad que en ese punto ganó dos premios, uno de ellos el Premio de la crítica, que para una comedia juvenil es muy llamativo que sucediera eso. Fue maravilloso, la verdad. Lo comparo sobre todo porque quizá Pagafantas es una comedia más loca de lo que es Los aitas, que al final es una comedia dramática; es una comedia sentimental donde no hay tanto gag ni nada de eso. Claro, al final uno se hace mayor, es padre y quiere contar las cosas que le acontecen.
Lo que se va a encontrar la gente es una comedia más nostálgica, más melancólica. Creo que si has visto pelis mías, como Negociador o Éramos pocos, vas a encontrar un estilo muy parecido.
En Pagafantas o en No controles utilizabas la fórmula de comedia romántica, ahora existe otro tipo de amor en esta película que es el paternofilial; aunque esos padres protagonistas quieren un poco a su manera ¿Cómo surgió la idea?
La idea es un encargo, Valérie Delpierre, que es la productora de Las niñas o de 20.000 especies de abejas, quería hacer una comedia. Tenía una idea de punto de partida, que era la de unos padres que acompañan a sus hijas a un campeonato de gimnasia. Yo en principio sólo iba a ser el guionista, pero en cuanto me llevé la historia a mi terreno, es decir, la situé en Euskadi, años 80, de repente había un contexto como muy propio, de lo que ya había vivido. Los personajes son un poco mis padres, pues la fui haciendo más personal y eso llevó a que me pidiesen que la dirigiese. Entonces, pasó de ser un encargo a una película mucho más personal.
Creo que la acepté en primer lugar porque yo había sido padre hace relativamente poco y dije: “No lo he hecho todavía, pues voy a escribir un guion sobre esto”. Y al final creo que la película, más que ir de mi visión de yo como padre, tiene que ver más como hijo. Porque en realidad hablaba de la generación de mis padres, y de mi padre en particular, pues aparece mucho en esta peli.
¿Qué querías conseguir con este contexto político social que tiene mucha fuerza en Los aitas?
Yo creo que el tema de la película es el cambio. Sidney Lumet siempre decía que un director tiene que tomar las decisiones en base al tema del que va, y cuanto más abstracto mejor. Por ejemplo, Pagafantas iba de la humillación, y todas las decisiones que hacía en la película era humillar al protagonista.
Aquí el cambio era el tema, y cualquier decisión que había de guion o de dirección tenía que ver con ese cambio de modelo de la paternidad. Lógicamente, el modelo se ve muy afectado por que se quedaron en paro por la reconversión industrial. Para rematar, el viaje era a Berlín cuando caía el muro. La fuerza simbólica que tenía ese modelo de cambio era importante. También ser machacón desde la puesta en escena y los elementos de guion con el cambio era muy importante para mí.
Es una película que habla más de yo como hijo que de mi experiencia sobre cómo ser padre"
Ha habido un contraste en el reparto, compartiendo encuadre experimentados actores y las niñas de la película ¿Cómo ha sido trabajar con perfiles tan distintos?
La película es muy coral y es la primera vez que hago algo tan coral. Si uno se fija, por ejemplo, en 8 apellidos vascos, son cuatro personajes y es un enredo con esos cuatro. Esto es coral de verdad. Y como ves, con actores muy veteranos y con actrices muy jóvenes que no habían hecho nada. Fui testigo de cómo alguna actriz o actor de 10 o 12 años se ponía delante de una cámara por primera vez en su vida, eso tenía un componente muy mágico y bonito por otro lado. Luego, yo soy un director que me gusta estar mucho con los actores y que disfruto mucho de esa cercanía. Y claro, cuando tienes 12 es agotador. Yo acababa todos los días hecho una piltrafa.
Es verdad que venía de rodar Su majestad, que había ayudado a rodar una serie de no sé cuántos meses y, meterme en otro rodaje… parecía como esos directores antiguos de estudio que hacían tres pelis al año.
Era una situación curiosa porque, por ejemplo, Juan Diego Botto era figurante en un plano, porque estabas dirigiendo a los niños que estaban en primer término y, al fondo, tenía que estar Juan. Todo sucede en un autobús de época, en una película que transcurre en invierno y se rueda en verano, llevando anoraks, plumíferos y todo eso. Es verdad que no es la situación más cómoda. Lo que sí que es divertido es tener algarabía alrededor, creo que es algo que hace que sea muy divertido el rodaje.
A nivel global ¿Cuál crees que es el mayor valor de Los aitas, lo que más le puede gustar al público?
Yo creo que lo que más puede gustar es ese tipo de comedia emocional que hemos querido hacer en una película donde te ríes, te emocionas y te toca la fibra. Yo creo que las mayores reacciones, las más buenas, vendrán de gente de mi generación que me ha dicho que ha visto a su padre ahí y que se ha reído de él, de cómo vestía y todo eso. Pero también se han emocionado al verlo.
En realidad, es una visión un poco crítica y con algo de homenaje, porque yo creo que con esa ambigüedad juega mucho también la peli. En que no estás juzgando el pasado desde los ojos de hoy, sino que en realidad tienes una mirada muy comprensiva. Entonces, creo que en esa cosa de hacer reír y emocionar está el punto fuerte de la peli.
En España siempre hemos tenido una tradición de comedias muy autorales"
Hablas de Su majestad, un ejemplo de las muchas series que has hecho ¿Qué te aporta el cine y qué las series? ¿Tienes un preferido?
Lo que pasa es que cuando empecé y hacía Pagafantas, el refugio o la manera de hacer comedia personal era el cine. Creo que en España hemos tenido una tradición siempre de comedias muy autorales. Cuando uno piensa en Mujeres al borde de un ataque de nervios, Ópera prima o El amor perjudica seriamente la salud se piensa en Colomo, en Martínez-Lázaro. Son comedias muy populares, y muy autorales.
Pagafantas quería inscribirse en esa cosa y creo que los demás directores que estábamos haciendo pelis, como Ruiz Caldera o Daniel Sánchez Arévalo, intentamos buscar lo mismo: algo que gusta a la gente pero que es muy nuestro a la vez. Y de repente, por culpa mía por 8 apellidos vascos y los remakes, se empezó a hacer comedia de fórmula, no una comedia personal autoral.
Entonces la tele se convirtió en refugio de la comedia de autor. Piensa en Mira lo que has hecho, Celeste, Paquita Salas… Los remakes han quedado como una cosa del cine, paradójicamente, y la cosa personal ha pasado a la tele. A mí la tele me ha dado la oportunidad de expresarme personalmente.
Y claro, ahora mismo levantar una película que no es un remake cuesta mucho más. Los aitas ha tenido su proceso, que tampoco ha sido tan largo, pero comparado con lo que podía ser… Yo me acuerdo que hice Pagafantas en 2009 y No controles en 2010. Eso era una época en que había cierta efervescencia, pero si te fijas en la cartelera de estas navidades, había cuatro comedias españolas y las cuatro eran remakes. Es tristísimo eso. Y como digo siempre, ningún niño sueña con ser guionista de mayor para decir: “voy a hacer el remake de la película francesa del año y por eso me dedico a esto”.
Como director de comedia ¿Nos puede decir tus tres comedias favoritas del cine español?
Antes quiero decir que FlixOlé es una plataforma increíble. Con mi hijo veo mucho las de Bud Spencer y Terence Hill: Ahí están casi todas… ¡Vaya tardes de domingo más buenas!
Sobre mis tres comedias favoritas del cine español… El Verdugo, lógicamente. Ya sé que es una obviedad, pero es que es muy buena y es una lección de la comedia negra pura. Es estupenda.
Otra comedia que me gusta mucho es Mujeres al borde de un ataque de nervios, que me parece como la comedia de enredo perfecta, con una ejecución de diálogos… Yo pienso en María Barranco llorando y diciendo “es horroroso”. Me parece una de las mejores líneas del cine español.
La tercera sería Vete de mí, de Víctor García León, otra comedia de negrura espesa. Afortunadamente he podido currar con Víctor: hemos escrito un guion juntos y se ha rodado ahora mismo Altas capacidades. Es el reverso tenebroso de Los aitas, que es una visión positiva de la paternidad mientras que Altas capacidades es todo lo contrario. Pero volviendo a Vete de mí, aparecen un Juan Diego Botto inconmensurable y un Juan Diego increíble. Es una comedia de las que veo y veo, y no me canso. Me divierte mucho.
Cuando hacía comedias de este tipo me preguntaban: “¿Pero esto es comedia?”, y yo respondía: “Pues, sí.” Y Vete de mí es un ejemplo de ‘comediaza’.
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