Rojo y negro: la película falangista que el propio Franco censuró

FlixOlé estrena en exclusiva la película dirigida por el cineasta falangista Carlos Arévalo: Rojo y negro, desaparecida al poco de su estreno y descubierta en los 90′

Eran los años 40 y la dictadura franquista tenía recién afiladas las tijeras de la censura. Ello supuso un auténtico quebradero de cabeza para los cineastas. Además de ser testigos de la amputación de miles de escenas, los directores tenían que lidiar con inverosímiles indicaciones que permitiesen estrenar las ya deformadas obras. Eso si llegaban a las salas. Muchos largometrajes se quedaron sin cartel que exponer en los cines; mientras que otros, al poco de emitirse en la gran pantalla, acababan desapareciendo.

Tal era la cerrazón del régimen y sus censores que cercenaban hasta aquellas obras de su cuerda. Ésta fue la ‘suerte’ que acompañó a Rojo y negro.  Considerada una de las mejores películas de la década de su estreno, al margen de su cuestionable carga ideológica, ha pasado a formar parte de la historia del cine como la obra falangista que el propio Franco censuró.

El estreno de la cinta dirigida por Carlos Arévalo, militante del partido fundado por José Antonio Primo de Rivera, coincidió en tiempo con la vuelta de los primeros destacamentos de la División Azul de la Alemania nazi. La ocasión, la pintaban calva. En este contexto, el debut de Rojo y negro contó con el beneplácito del público y la crítica.

La película maldita, en FlixOlé

A pesar de tener, a priori, todos los ingredientes para erigirse como un altavoz propagandístico, la película escandalizó al dictador, así como a los estamentos militares. La obra de clara exaltación falangista desapareció de la faz de la tierra cumplidas tres semanas de su exitoso debut en el cine Capitol de la Gran Vía madrileña. No fue hasta los años 90 cuando, de manera fortuita, la Filmoteca Española encontró esta joya cinematográfica. Abandonada en un altillo del ya extinto Banco Popular se hallaba la lata con el material. Desde el descubrimiento, apenas se han dejado ver sus escenas. 

Un mártir comunista y una falangista empoderada

La irritación que Franco y su séquito profesaron hacia la cinta tenía su origen en la manida historia de amor de chico conoce a chica que propuso Carlos Arévalo. Éste relató los años previos y las primeras contiendas de la Guerra Civil desde el punto de vista de una pareja de enamorados: Luisa, una joven falangista (interpretada por Conchita Montenegro), y Miguel, militante comunista (papel que recayó en Ismael Merlo).

A lo largo del metraje, el director nos presenta a una inteligente y valiente mujer, capaz de adentrarse en las checas y burlar a sus desalmados carceleros, aun cuando sus camaradas están escondidos o han acabado presos. Las audacias de Luisa transcurren en paralelo al proceso de humanización que el film va otorgando al ‘rojo’ de Miguel.

Si bien la película no pierde la ocasión de clavar sus rehiletes en el bando republicano, el arrepentimiento de Miguel, quien pasa a ser un mártir crucificado,  y el empoderamiento de su amor de la infancia eran mensajes que el franquismo no estaba dispuesto a tolerar. Tampoco ayudaron las disensiones entre la administración franquista y las corrientes falangistas. Así, de la noche a la mañana, la obra fue fusilada; y su director, condenado al ostracismo.

Meticuloso trabajo de restauración

La facilidad que ofrece ahora FlixOlé de visualizar Rojo y negro desde una Smart TV, desde el móvil o Tablet, u otros dispositivos, se debe a la labor de restauración que ha realizado Video Mercury (distribuidora y socia fundadora de FlixOlé). Así, tras realizarse un escaneado a 4K del material de Filmoteca Española se comprobó que el mismo se encontraba bastante deteriorado.  

Durante cerca de dos semanas, un equipo de tres personas trabajó fotograma a fotograma para que el espectador pueda disfrutar de un sobresaliente visionado de la película y ser testigo de las libertades técnicas que el director se permitió el lujo de incluir en esta leyenda de nuestro cine.

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