Historias de la televisión: la revolución en los hogares y el sueño de la fama

FlixOlé estrena Historias de la televisión dentro de la colección En el aire: Radio y televisión en el cine que agrupa más de veinte largometrajes

Tony Leblanc y Concha Velasco en Historias de la televisión

Lucía Ojalvo

En aras de realizar un homenaje a los estudios y platós que se convierten en el hogar de millones de personas cada día, FlixOlé estrena la colección En el aire: Radio y televisión en el cine. Precisamente, porque estos son dos de los medios masivos que más influencia tienen en el imaginario colectivo.

Además, la radio y la TV han sido la casa de grandes historias y películas. El cine ha devuelto el favor llevando a la gran pantalla sus secretos y entresijos. Así, en las más de 20 películas que componen la colección, los micrófonos, las cámaras y los focos se convierten en protagonistas. Y entre todos esos títulos hay uno a destacar: Historias de la televisión. Este nuevo estreno de la plataforma representa las aspiraciones que la tele le otorga, y continúa haciéndolo, al españolito de a pie. 

Concha Velasco en Historias de la televisión
Concha Velasco en Historias de la televisión

En forma de secuela de la genial Historias de la radio, José Luis Sáenz de Heredia estrenaba en 1965 Historias de la televisión. El elenco estaba compuesto por grandes estrellas como José Luis López Vázquez, Antonio Garisa o Alfredo Landa. Sin embargo, todos los focos apuntaban a la pareja protagonista: Tony Leblanc y Conchita Velasco

En el largometraje conocemos las historias de Felipe, un joven tan aficionado a los concursos de televisión que ha hecho de éstos su propia profesión; y de Katy, una cantante que sueña con salir de su pueblo y convertirse en una estrella. Esta última tendrá la oportunidad de su vida cuando su canción resulta ganadora en un reconocido programa musical.  Las peripecias de ambos por los platós de televisión acaban provocando que estas dos historias independientes se encuentren en un tercer episodio. Ambos protagonistas tendrán que unir fuerzas para conseguir sus objetivos.

Tony Leblanc y Concha Velasco en Historias de la televisión
Tony Leblanc y Concha Velasco en Historias de la televisión

El gran sueño de la TV

Cuando la televisión irrumpió en las casas, fue una completa revolución. Se pasó de oír y escuchar a ver y participar. La parrilla de programación, especialmente la destinada al entretenimiento, brindó una oportunidad a todos aquellos espectadores que querían salir de su rutinaria vida. La TV se presentó como una puerta abierta a todos para cumplir sus sueños

Así dio comienzo la carrera para alcanzar una fama en la que no importaban los medios, sino el fin. Este es el mensaje que transmitió Sáenz de Heredia en Historias de la televisión. Con dos personajes que hacen lo imposible por tocar el éxito, el director compuso una historia crítica, a la vez que divertida, que contó con una gran banda sonora. 

Tony Leblanc en Historias de la televisión
Tony Leblanc en Historias de la televisión

El origen de La chica Ye-Yé

En Historias de la televisión se recoge una de las canciones más míticas del pop español: La chica Ye-Yé. En un primer momento, Luis Aguilé, quien hace un cameo en la película, iba ser el encargado de interpretar el tema compuesto expresamente para él. Sin embargo, en una de las pausas de la grabación, Concha Velasco, para entretener a los presentes, comenzó a cantarla junto a su banda. Al público le gustó tanto que tuvo que repetirla en varias ocasiones. 

Sáenz de Heredia decidió incluir la versión de Concha Velasco en la película obviando la interpretación de Aguilé. El éxito que tuvo durante la grabación se extrapoló al público general cuando se produjo el estreno y el tema se convirtió en todo un clásico del pop español

Sin embargo, antes de la llegada de la televisión, la radio ocupaba su función en las casas. Diez años antes de Historias de la radio, Sáenz de Heredia dirigió y escribió una de las mejores películas del cine español de la década de los 50. En la película asistimos a tres relatos diferentes que, de alguna manera, se vinculan con la radio: un inventor acude a la radio vestido de esquimal con un trineo y un perro para ganar un concurso e invertir el dinero del premio en la patente de su invento. La segunda historia gira en torno a otro concurso cuyo premio lo recibe quien conteste la llamada aleatoria que hacen desde el estudio; la persona afortunada es un ladrón que la contesta en la casa en la que se encuentra robando. La última de las historias tiene como protagonista a un profesor que acude a un concurso de cultura general para recaudar el dinero que necesita un niño enfermo de su pueblo.

Aunque estas tres tramas no se relacionan entre sí, la historia de amor entre los locutores envuelve a todas ellas, reflejando el tono romántico de los que trabajan y escuchan a través de las ondas.  Historias de la radio crea un conjunto más tierno y emotivo, pero menos ácido que el de la película que la sucede.

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