Ponemos el broche de oro al centenario de José Luis Ozores con una entrevista muy especial a su hija, Adriana Ozores
La también actriz recuerda lo mucho que se divertía jugando con su padre; las noches de disfraces y películas que montaba él y su hermano Antonio Ozores; cómo estuvo a punto el intérprete de rechazar el papel que le hizo saltar a la fama y otras anécdotas que acompañan a la humana figura de este irrepetible artista.
El 18 de junio, el cine español conmemoró el centenario de José Luis Ozores, uno de los cómicos más queridos de nuestro país. Junto con Emma Ozores, os habéis definido como las guardianas de la memoria familiar.
Sí, Emma y yo nos hemos erigido como guardianas de todo el legado material: en mi caso de mi padre, y Emma del suyo; aunque hay muchas cosas que tengo de Antonio y ella de mi padre. Es un legado muy bueno, mucho material, y de mucha calidad. Con todo el trabajo que estamos haciendo en la Filmoteca con el centenario, está siendo muy útil y valioso.
A menudo se ha escuchado que José Luis era un niño en el cuerpo de un adulto, le encantaba jugar ¿Planteaba sus papeles también como un juego?
No sé si los plantearía como un juego, pero evidentemente tenía un ADN de actores de muchas generaciones detrás de la actuación que, yo creo que más que un método concreto, sería algo natural. Una manera de hacer que le nacía y tenía un resultado muy bonito en el público. Puede que en alguna ocasión lo plantease como un juego.
Decía de sí mismo que era serio y tímido cuando se inició en la interpretación, pero fue en la comedia donde principalmente brilló, sobre todo en la gran pantalla. Igualmente, destacaba por encarnar personajes ingenuos y de buen corazón ¿Por qué decidió dedicarse a la interpretación?
Era una persona como él se define: seria y tímida a la vez. Valoraba esa parte recogida, de puertas para dentro: se dedicaba a la pintura, escribía poesías, textos de teatro… Acerca de los personajes ingenuos, diría que eran personajes puros. La ingenuidad tiene algo peyorativo, y la pureza es más cercana a lo que podía encarnar.
Sobre dedicarse a la interpretación: venía dado. Toda la vida dedicándose su familia y él mismo a la interpretación… Él quiso trabajar dibujando, estudió para aparejador, pero la vida lo llevó por otro lugar, y le compensó.
¿Qué recuerdos te contaba sobre sus inicios?
Los recuerdos que tenemos todos, con esa compañía de teatro que fundaron los abuelos: Mariano Ozores Francés y Luisa Puchol, y que estuvo girando por toda España y por parte de América (la compañía fue también a Nueva York). Contaba anécdotas entre hermanos y primos, y alguna también del escenario.
Su secreto, la humanidad
José Luis insuflaba una gran humanidad a sus caricaturescos personajes ¿le surgía de manera natural?¿cuál era su secreto?
La gran humanidad que insuflaba a sus personajes era la que tenía él. Ese era su secreto. En otros actores, el humano que hay detrás del talento no se corresponde. Sin embargo, en este caso corresponde absolutamente. Era una persona de una gran humanidad.
¿En algún momento sintió o lamentó que se le encasillase en la comedia?
No lo creo. Quisieron hacer una película un poco más seria que fue La hora incógnita, que produjeron los hermanos y la familia, pero les fue muy mal y se arruinaron. Claramente el público estaba marcando su manera de hacer.
Siempre jugando
Teniendo en cuenta que cuando no estaba haciendo teatro, estaba con el cine, y que el oficio era muy sacrificado (y lo sigue siendo) ¿cómo compaginaba su trabajo con la familia?¿qué recuerdos te vienen a la cabeza de aquellos momentos?
Tengo muchos recuerdos. Viví la parte de la infancia que estuve con él, en casa. Estaba en una silla de ruedas y tuvimos la suerte de disfrutar mucho de él. Tenemos esos recuerdos de jugar mucho. Era muy entrañable y bueno.
La película Recluta con niño supuso un antes y un después en su carrera. Tenemos entendido que rechazó el papel en un primer momento ¿Por qué?
Tenía el proyecto de montar unos trenes en miniatura, y como su leitmotiv era jugar y disfrutar de la vida, no le parecía tan relevante una película que luego le dio tantísimo éxito. Prefería estar en su casa jugando con el tren que le iban a mandar.
Después le siguieron numerosos y exitosos proyectos ¿Hay algún título al que le tuviese especial cariño?¿Y a ti?
Era un hombre que disfrutaba mucho del rodaje en el sentido de que hacía enseguida piña con los compañeros. Si les tenía que comprar todo el equipo de fútbol para irse después de rodar a jugar al fútbol, lo compraba; si había unos billares cerca, compraba tacos a todos los compañeros. Como nos pasa a la mayoría de los actores, los personajes están muy ligados a lo que vives en el rodaje, y a los compañeros con los que estás disfrutando de esa película. Yo le tengo cariño a todos los personajes: me gusta mucho cómo entendía la actuación.
Su leitmotiv era jugar y disfrutar de la vida. No le parecía tan relevante una película que luego le dio tantísimo éxito”
La esclerosis múltiple hizo mella en su salud, y se vio forzado a dejar los escenarios y el cine, aunque se pudo despedir de ambos. Mariano comentaba que en ningún momento perdió el ánimo ¿Cómo llevó su carrera durante este periodo?
En ningún momento perdió el ánimo: tenía la suerte de tener a su hermano Antonio. Nosotros vivíamos en el piso 9º y Antonio, con Elisa y Emma, vivían en el 5º. Tuvo a su hermano siempre al lado, y eran unos juguetones. Se disfrazaban, nos disfrazaban a nosotros, nos quedábamos hasta las tantas de la mañana haciendo fotos o películas… La gran preocupación no era el trabajar más, sino cómo traer dinerito a casa. Tenía una prole de tres hijos y había que sostener esa familia. Su preocupación era más por ese lado.
¿Qué ha dejado en la memoria colectiva y en la cinematografía de nuestro país su figura?
Ha dejado esa naturalidad, pureza, esa cosa tan verdadera a la hora de interpretar. Creo que una manera de ser, de una época en España, que era muy inocente. Yo creo que es muy bonito.
Continuando con el legado familiar
Sobre tu carrera. Te hemos visto en varios trabajos en los últimos años. En este 2023 se prevé el estreno de dos títulos en los que participas: Los pequeños amores, con Celia Rico, y Últimas voluntades, ópera prima de Joaquín Carmona. ¿Qué nos puedes contar de dichas películas y qué papel juegas en ambos?
Los pequeños amores, de Celia Rico, es una película con la que estoy muy contenta. Ha sido un regalo poder trabajar con Celia, una persona tan joven y sabía, con un guion espléndido y una manera de rodar que es una maravilla. Ha creado un ambiente en el equipo delicioso. Tener igualmente como compañera a María Vázquez, una espléndida actriz, me hace sentir muy contenta.
También está Últimas voluntades, que me ha permitido trabajar con Fernando Tejero, amigo y compañero desde hace muchísimo tiempo. Estoy muy contenta por participar en la ópera prima de Joaquín Carmona.
¿Qué proyectos tienes de cara a un futuro próximo?¿En qué te vamos a poder ver y qué nos puedes avanzar?
He terminado una serie para Movistar+, que se llama Galgos, un proyecto de envergadura, muy bonito. Ahora mismo estoy con una película que es Norbert(a), con un guion de Sonia Escolano y también está dirigida por ella. Igualmente estoy trabajando en la película junto a Luis Bermejo y otros muchos actores, y está siendo muy divertida, es una comedia estupenda.
Igualmente, llevas la escuela ‘A escena tu mejor tú’. Ejerces de “comadrona”, junto a Laura Duhalde, para que las personas se encuentren consigo mismas de cara a explotar todo su potencial. ¿Cómo lo conseguís?¿Cuál es vuestra propuesta de trabajo?
Nuestra propuesta de trabajo tiene que ver con trabajar con el inconsciente, sobre todo con el del personaje. Consideramos que es una herramienta fundamental para nuestro trabajo actoral. Básicamente de lo que se trata es de acceder a una parte de nosotros mismos que en la vida es muy difícil acceder y que nos crea tantos problemas. Para eso se hacen un montón de ejercicios y trabajos. Es uno de los aspectos de mi vida que más me gusta, ilusiona y llena de satisfacción.