
FlixOlé entrevista a Berto Romero, humorista, actor y también guionista. Esta última faceta lo llevó a pasearse por la alfombra roja del Festival de San Sebastián para presentar la serie 'El otro lado', una mezcla de comedia y terror. El experto en frutos secos español nos cuenta su interés por el cine de género y en cómo éste se ha colado entre las escenas de la serie.
En El otro lado nos propones una chulísima idea sobre comedia y terror ¿Cómo surgió?
Salió de diversos sitios que se juntaron en uno. Por un lado, quería trabajar con Andreu y escribirle un papel. Escribírselo a medida y tener una oportunidad para que la pareja se pudiera desarrollar en ficción. Por otro, lo hice de rebote para pasar de una serie como Mira lo que has hecho, que era de autoficción haciendo de mí mismo, a una cosa puramente de género; que es lo que me gusta y es lo que he visto siempre. Lo que me gusta es cine de género, terror, ciencia ficción y, en concreto, hay un subgénero que es el cine de fantasmas que me alucina.
Hay un espacio que es el misterio español. Se ha explorado, pero creo que no demasiado. Tengo algunos referentes en la cabeza: 99.9 de Villaronga; Platillos volantes, de Óscar Aibar, me parece bastante flipante… Tampoco se ha acabado de explorar y creo que está guay. Tenemos aquí investigadores de lo paranormal, casos míticos como las caras de Bélmez, la gente que va a ver ovnis a Montserrat. Todas estas cosas están aquí, conviven con nosotros y era una oportunidad de retratar un poco ese ambiente.
Hay un espacio que es el misterio español. Se ha explorado, pero creo que no demasiado”
Adentrándonos en tu personaje, repleto de matices ¿Qué es lo que más te gusta de él y cómo va evolucionando a lo largo de la serie?
Lo que más me gusta de él es que es muy idealista. Casi quijotesco. Incluso el aspecto que tiene es un poquito quijotesco. Tiene como una idea mítica de lo que es su trabajo y de lo que es el periodismo. Creo que la tiene también porque no lo ha conseguido y cuando algo no lo consigues, lo idealizas. Esa dinámica está muy bien. Meterlo luego en harina y bajar al barro y darte cuenta de lo que pasa, que es lo que le ocurre a él…
Te das cuenta de que a lo mejor lo que pensabas no era cierto, o no era lo adecuado. Hay muchas más complejidades en el mundo que como te lo imaginabas. Y me parece muy interesante. Es como un camino casi de pérdida de inocencia de un señor con 50 años cuando cree que toda su carrera está acabada, y cuando está casi a punto de poner fin a su vida.
Una pareja con química
El personaje de Andreu aparece en la serie como una especie de Pepito Grillo que te va aconsejando. Tenías desde un principio el personaje pensado para él. ¿Cómo ha sido rodar con él otro modelo de personajes distinto al que estáis acostumbrados?
Pues ha sido muy interesante. Hemos crecido mucho haciéndolo porque lo que hemos querido hacer, y creo que lo hemos conseguido, es trabajarlo como pareja, intentando preservar la química que tenemos en otro lugar. Hemos intentado que no se viera a Andreu y a Berto, sino que se vieran dos personajes que son distintos pero que tienen una química similar o igual a la que tenemos él y yo. Entonces por eso he escrito los personajes así. Por eso son alumno y mentor, se parecen o son como una especie de espejo de lo que somos él y yo en realidad.
Uno proyecta una sombra sobre el otro y el otro tiene un debate sobre esto y creo que eso lo enriquece mucho. Trabajar con él ha sido un gusto. Además, y lo digo aquí, si alguien lo quiere contratar como actor, es excelente: llega a su hora, se sabe el texto previamente, buen compañero…
Lo de que es como un Pepito Grillo me flipa porque a posteriori creo que hemos hecho una versión de Pinocho. Es un personaje con la nariz grande que lleva un Pepito Grillo encima y que todo el problema es por una mentira. El otro día hice el ejercicio y había muchos paralelismos.
Hemos intentado que no se viera a Andreu y a Berto, sino que se vieran dos personajes que son distintos pero que tienen una química similar”
Hablando del Pepito Grillo que era Andreu en la serie ¿Hay algún consejo que te haya dado en tu vida personal o profesional al margen de El otro lado?
Es que me ha dado tantos… Y todos buenos. No sé, yo creo que el más importante es que intenté disfrutar en el ejercicio del trabajo. Ese es el consejo que he aprendido de forma más clara. A lo mejor no lo ha verbalizado nunca de esta forma, pero es lo que me ha transmitido siempre: que intentáramos pasarlo bien. No es fácil a veces pasarlo bien cuando estás preocupándote por el presupuesto, el horario, por el “a ver si les va a gustar”, si no, “¿qué pensarán de mí?” Sólo nos queda que en el momento en que lo estemos haciendo estemos disfrutando.

Con respecto al resto del reparto, mencionar la aparición de Nacho Vigalondo: Más Iker Jiménez que el propio presentador
Es que si oyes hablar a Nacho Vigalondo solo, es un poco Iker Jiménez. Es flipante, no está imitando a nadie. Nacho Vigalondo habla así, es como una ópera con patas.
También aparece María Botto ¿Cómo ha sido trabajar con ellos en todo el rodaje?¿Alguna anécdota que nos puedas contar?
Desgraciadamente no tenemos anécdotas divertidas. Yo creo que esto es algo que ha cambiado mucho en el cine. Antes se producían anécdotas divertidas porque la gente era, y que se me entienda, menos profesional. A lo mejor llegaban un día borrachos al set o era todo igual, un poco más loco, un poco más inocente. Pero es que los equipos ahora trabajan tan bien, son tan profesionales que incluso a veces quieres hacer una broma y te dicen no puedes hacerla porque no tenemos tiempo. Ha sido un rodaje muy serio, plácido y a la vez muy agradable. Nos hemos reído mucho, lo hemos pasado muy bien, pero trabajando todo el rato sin parar con todos ellos, cada uno aportando su color.
Andreu es un tipo muy relajado en el set, hace reír a todo el mundo, te lo hace pasar bien. María es un ejemplo de profesionalidad, de ella puedes aprender muchas cosas de cómo administrar la energía en un set. Eva es una compañera de hace ya muchos años, maravillosa, muy generosa en su trabajo. Y Vigalondo es… flipante, es un tipo que te da mil colores en cada toma y que puedes escoger. Ha sido muy agradable, pero siento no tener anécdotas chulas.
Las favoritas del cine español
Como plataforma especializada en cine español, desde FlixOlé nos gustaría conocer algunas de tus películas favoritas de nuestro país.
Tengo que hacer un poquito de búsqueda. Un favorito es un término que no me gusta mucho porque van cambiando casi cada año cuando vas viendo cosas. Pero si hay que ir a buscar mojones, en el sentido de puntos kilométricos y no del otro, yo creo que Amanece, que no es poco para mí es clave. Es la primera vez que veo una película y digo “¡Madre mía, cómo se puede ser tan libre para hacer algo así!” Y tan personal. El extraño viaje, de Fernán Gómez es una película también que he descubierto relativamente hace poco y que me parece un prodigio de mezcla de tonos, también muy curiosa. Una película que no sé cómo fue saludada en su tiempo, pero supongo que con un cierto estupor. También he mencionado antes Platillos volantes, de Óscar Aibar.
Creo que he escogido la primera, pero las otras dos están más relacionadas con lo que hemos hecho ahora y las tengo más presentes. Por eso son películas muy libres, con ideas muy interesantes y con un tono muy valiente. Platillos volantes, por ejemplo, es una película muy seca, como descarnada; pero a la vez tierna. Tiene un final maravilloso que no se entendió en su época y que me encanta.
Disfruta con FlixOlé de la 71ª edición del #FestivalSanSebastián