
Especial Perros callejeros
Los años 70 se despedían vacilantes en una España en Transición que intentaba pasar página. Las ansias de libertad y de dejar atrás 40 años de dictadura, represión y censura sobrerrevolucionaron a un país que cada día amanecía con un cambio. Sin embargo, la ruptura con el antiguo régimen franquista no fue tan idílica como la pintaron. Al menos para aquella sociedad a la que, décadas antes, el desarrollismo marginó en chabolas y bloques de frío hormigón gris a las afueras de las grandes ciudades, donde los vecinos acusaron la falta de servicios y sufrieron en sus carnes el azote de la indiferencia. La lentitud y torpeza de la nueva administración para dar solución a esta precariedad extrema fue el caldo de cultivo de una violencia que afloró principalmente entre la población adolescente. Tirando de Seats 124 ‘prestados’ y navaja en mano, los vástagos del olvido intentaron tomar por la fuerza y la vía rápida esa libertad de la que tanto se hablaba.
El director José Antonio de la Loma industrializó cinematográficamente la crónica de esas vidas juveniles al margen de la Ley con su trilogía Perros callejeros. Junto al personaje de ‘El Torete’, creó toda una iconografía audiovisual que puso a los delincuentes adolescentes al volante de estas películas de acción, sexo, drogas y música rumbera. A caballo entre el cine de explotación y el realismo, De la Loma apadrinó un nuevo subgénero en la gran pantalla española, un fenómeno cultural y social que se extiende hasta nuestros días: el cine quinqui. Con motivo del estreno de la famosa saga en nuestro catálogo, desde FlixOlé dedicamos un especial a Perros callejeros y a la huella que estas películas han dejado en el séptimo arte del país.
José Antonio de la Loma, quien había dirigido estimables cintas como ¿Por qué seguir matando? o Manos sucias, se acercó cinematográficamente al lumpen; una decisión que marcaría toda su carrera. Tanto que le hizo ser padre del subgénero más puro y trepidante que ha dado nuestro país: el cine quinqui. De la Loma se fijó en el mejor en este arte, Juan José Moreno Cuenca “El Vaquilla”, y recogió testimonios de otros chicos como él, pero también de personal en reformatorios, policía y demás salvaguardas de la ley para armar un paisaje completo sobre el fenómeno de la delincuencia juvenil. Comenzaba así la historia de Perros callejeros.
Dentro de la pandilla de “El Vaquilla” solía concurrir un joven llamado Ángel Fernandez Franco. La suya era una situación de abandono por parte del sistema que acabó llevándolo a la delincuencia como único futuro plausible. ¿Su nombre de guerra en el barrio? “El Trompetilla”, procedente de su abuelo que fue corneta en el ejército. Sin embargo, se lo recordaría por el apodo que De la Loma le pondría en la trilogía Perros callejeros: “El Torete”, en homenaje a Juan José Moreno Cuenca. En este artículo conocerás la realidad detrás de “El Torete” y te descubriremos cuánto hay de realidad y ficción en torno a este mito del cine quinqui.
FlixOlé entrevista a Eduardo Conejero, autor del libro Perros Callejeros. Una película irrepetible para conocer los detalles en torno a la mítica trilogía de cine quinqui. El escritor nos acerca las anécdotas del rodaje, las experiencias que director y actores vivieron, la relación entre el propio realizador con el delincuente ‘El Vaquilla’, así como todo lo que rodea al fenómeno que se creó alrededor de las películas dirigidas por José Antonio de la Loma.