
FlixOlé entrevista a Isabel Herguera y Gianmarco Serra, directora y músico, respectivamente, del largometraje de animación "El sueño de la sultana". La película participó en la Sección Oficial de la última edición del Festival de San Sebastián, recibiendo además el Premio Irizar al Cine Vasco en el certamen.
Hola Isabel. Te encuentras en el Festival de San Sebastián presentando tu ópera prima El sueño de la sultana ¿Cómo ha sido participar en la sección oficial de este certamen?
Isabel Herguera (IH): Es una emoción porque estoy en casa, rodeada de amigas, familia, de gente que nos ha ayudado mucho, de la ciudad que de alguna manera también ha puesto su granito en la peli. Es un verdadero honor, aunque también hay mucha presión por eso de que estamos en casa. Pero vamos, esto es un sueño que ni remotamente me lo podía haber imaginado.
Gianmarco Serra (GS): Para mí también es un privilegio absoluto. Soy un cinéfilo, adoro este festival y me parece bastante increíble estar aquí. Amo esta ciudad porque amo a Isabel. Es mi nueva familia, y por lo tanto estoy muy emocionado.
Se trata de una película que ha tardado 10 años en ver la luz. En este tiempo ha habido muchos cambios, detalles que limar, un continuo aprendizaje… ¿Cómo ha sido el proceso de creación de El sueño de la sultana hasta el día de hoy?
IH: Comenzó en el 2012, cuando nos encontramos con el libro y cuando decidimos hacer algo, pero no sabíamos qué era. Comenzamos haciendo talleres, y a raíz de éstos desarrollamos una parte de la historia: la ciudad de las mujeres. Después desarrollamos un poquito el guion y la pre-producción hasta verdaderamente entrar en producción en febrero del 2020, cuando ya teníamos resuelto cómo queríamos mostrar las tres partes; hemos acabado la producción hace 10 días verdaderamente, con la corrección de los créditos.
¿Por qué tanto tiempo? Yo creo que necesitaba un reposo y evolucionar a lo largo de estos años. La financiación ha sido difícil, pero gracias que tenemos maravillosos coproductores que nos han dado toda la libertad, y en ningún momento han puesto ninguna presión para nada, nos ha dado la oportunidad.
¿Por qué tanto tiempo? Yo creo que necesitaba un reposo y evolucionar a lo largo de estos años”
Este largo recorrido también ayudaba a mantener el control de lo que estábamos haciendo. Como es un proceso muy artístico, tampoco nos interesaba la rapidez de un procedimiento industrial, que es más rápido y más efectivo, pero con el que pierdes un poquito ese deseo de experimentar y de que la película crezca orgánicamente conforme nosotros también vamos evolucionando con la idea.
GS: A lo largo de tantos años, la película se había vuelto una especie de vida paralela para nosotros todos los días entrando y saliendo de la película, a veces sin salir nunca.
Adaptación literal de un cuento feminista con un siglo de historia
La animación de El sueño de la sultana es una mezcla de técnicas que has utilizado en otras películas…
IH: Exactamente. Ha sido una mezcla de todas ellas, y entre tanto hemos hecho algunos cortos. Los últimos tres años han sido de mucha intensidad, los otros han sido para desarrollar, ver y experimentar con otras cosas.
Sobre el proceso de adaptación de El sueño de la sultana: hablamos de una historia, que Rokeya Sakhawat Hossain escribió hace un siglo ¿Cuáles han sido las claves para convertirlo en una película?¿Cuánta vigencia tiene su mensaje?
IH: La adaptación que hemos hecho del cuento de Rokeya Hossain es bastante literal. Es muy actual porque muchas cosas no han cambiado tanto y no hemos tenido que ajustar nada para que sea contemporáneo. Al que sí hemos dado contemporaneidad es al personaje central, hilo conductor de la historia: Inés, una joven que es incapaz de soñar, no puede soñar. Anda un poco perdida en el mundo y se aferra a este cuento escrito hace más de un siglo para buscar su propio camino y concienciarse de lo que es.
Ese puente entre la historia de Rokeya y el personaje principal tiene algo de autobiográfico ¿Cuánto tiene tu personaje de ti?
IH: Algunas cosas… Los lugares que visita, allí he estado. Sobre las experiencias, es una manera de contarlas y de narrarlas: nosotros hicimos un viaje en busca de la tumba de Rokeya, hemos ido en busca del país de las mujeres… Hay elementos que vienen de la experiencia personal y que le dan credibilidad a la historia.
Estamos quizá demasiado enfocados en la idea de que todo surge de Occidente, y que el resto del mundo va copiando. No es exactamente así”
GS: Era un poco como en el siglo XIX, que se hacía el Grand Tour. Hoy en día, quien quiera puede ir a visitar la tumba de John Lennon o del que fuera. Nosotros queríamos que nuestro personaje fuera a buscar las ruinas de la casa natal de Rokeya, que son cuatro ladrillos en Bangladesh. Es muy conocida en todo Bengala y en la India, y cada año encontramos más información en internet: se le dedican estudios y las universidades de todo el mundo lo estudian.
Creo que ha llegado el momento de abrir un poco los ojos sobre el hecho que ha habido grandes personalidades de la filosofía del pensamiento en otros países. Estamos quizá demasiado enfocados en la idea de que todo surge de Occidente, y que el resto del mundo va copiando. No es exactamente así.
‘Ladyland’, o ‘el país de las mujeres’ que propone la autora cambia los roles de género. Últimamente se habla de esa etiqueta de ‘cine hecho por mujeres’ o ‘cine para mujeres’. Con este tipo de películas ¿se avanza para que en algún momento esa etiqueta deje de existir y podamos normalizar todo?
IH: Ese es el objetivo, que dentro de 20 años no tengamos que ponerle etiqueta ni tengamos que contabilizar cuántas mujeres son directoras o cuántos hombres son acompañantes de señoras. Tiene que ser todo mucho más normal, más natural.

Pensar en imágenes
Antes comentabas lo dificultosa que había sido la financiación. La asociación Mujeres en la Industria de la Animación (MIA) publicó hace unos meses un informe en el que advertía de que los cortos y series con profesionales mujeres aumentaron, la tendencia en los largometrajes decrecía, con menor presupuesto y ayudas. ¿Habéis experimentado esta situación?¿Veis un cambio de tendencia?
La verdad es que nosotros nos ha costado mucho porque era una película muy poco al uso. En los formatos que tienes que cumplimentar y formalizar había cierta información que no podíamos aportar, porque era parte del proceso creativo del proyecto. En vez de ser la palabra escrita, presentabas imágenes y eso no encajaba dentro de las cosas. Entonces ha sido un proceso un poquito duro de financiación, pero nos ha dado el tiempo para poder hacerlo más lentamente, pero también con un poquito más de reflexión.
¿Por qué la animación para trasladar el mensaje?
IH: A mí me gustó mucho el cuento. Yo imagino las cosas en imágenes, más que en palabras, por lo que no podía ni tan siquiera cuestionar o pensar en hacer algo de imagen real. Para mí pertenecía a la animación, porque yo disfruto haciéndola. Te vas a tirar tantos años haciendo algo, pues al menos pásalo bien. Para mí tenía que ser animación.
GS: Yo soy más de palabras o de sonidos, por eso nos hemos dividido un poquito las tareas. Pero ha ido todo muy bien: hemos aprendido mucho y hemos encontrado personas extraordinarias. Ha sido una experiencia vital y profesional extraordinaria para mí.
Yo imagino las cosas en imágenes, más que en palabras, por lo que no podía ni tan siquiera cuestionar o pensar en hacer algo de imagen real”
Habéis recogido testimonios de otras partes del mundo ¿Cómo ha sido ese proceso de recopilación de información?
IH: Gracias a Dios que teníamos muchos amigos. Las voces que vienen de la India, muchas son amigos, apenas hay actores o actrices profesionales. Y lo mismo de Italia.
El sueño de la sultana ha tardado 10 años en ver la luz ¿Tenéis ganas de otro proyecto?¿Qué futuros trabajos tenéis?
GS: Una pizzería aquí en la esquina. Yo la veo muy bien por ahora.
IH: Por ahora descansar un poco porque como te digo, hemos acabado hace diez días. Siempre hay ideas que te dan vueltas y que quieres llevar a cabo, pero en estos momentos hemos acabado tan cansados de este proyecto que preferimos disfrutar del tiempo por ahora y de un poquito de paz. También de poder recuperar otros hábitos que habíamos olvidado durante estos tres últimos años, sobre todo porque la exigencia ha sido muy alta.
Habría que obligar a la gente a ver las películas de Buñuel una vez al mes para mejorar la sociedad”
Nos gustaría que, para acabar, nos pudieseis decir tres películas españolas que recomendéis, que tengáis entre vuestras favoritas, que os hayan impactado…
IH: De Erice, todas menos la última, pero porque no la he visto.
GS: Yo soy un venerador de Pedro Almodóvar. Me ha cambiado la vida. Lo considero quizá el director más grande del mundo. Basta un frame suyo para decir “esto es extraordinario”. Y bueno: Luis Buñuel lo conozco hasta de memoria. Me podéis decir una peli y os digo los diálogos, las situaciones… Habría que obligar a la gente a ver las películas de Buñuel una vez al mes para mejorar la sociedad.
También tengo un recuerdo muy fuerte con El verdugo de Berlanga, esa película siempre me tocó a varios niveles de profundidad porque hay un montón de cosas escondidas; es potentísima y verdaderamente descoloca al espectador. Puede generar, si uno la mira en serio, un cambio de perspectiva de las cosas.
Disfruta con FlixOlé de la 71ª edición del #FestivalSanSebastián