FlixOlé entrevista desde el 71º Festival de San Sebastián a Moisés Salama, quien dirige el documental 'La memoria del cine: una película sobre Fernando Méndez-Leite'. Tras años en el terreno del documental, el director melillense ha decidido abordar la figura de un viejo amigo suyo y actual presidente de la Academia de Cine.
Presentas en el Festival de San Sebastián La memoria de cine, una película sobre Fernando Méndez-leite, que también ha pasado este año por festivales importantes como el Festival de Málaga. ¿Qué se siente al estar en en estos circuitos?
Pues la verdad es que no teníamos una expectativa muy concreta, pero estamos muy contentos, lógicamente, porque estar en San Sebastián es importante, es un reconocimiento. También está teniendo la confirmación de estar seleccionada en otros festivales como Toulouse, Marsella, Zaragoza… Acaban de decirnos que hemos tenido un pequeño premio en un festival pequeño, en Lugo, y nos han dado el premio al mejor documental.
Además, para un documental también es muy importante el hecho de que nos han confirmado que lo ha cogido una distribuidora como A contracorriente y se va a estrenar en cines el 10 de noviembre. De manera que, en ese sentido, contentos. Sabemos que es un documental muy cinéfilo, en el sentido de que está muy dirigido a gente que tenga curiosidad por el mundo del cine. Es un documental cuya pretensión es hacer, más allá de la figura de Méndez-leite, un homenaje al cine y a una generación que es la de Fernando, que vivían el cine y la cultura de una manera determinada.
Como comentabas, no es solo un documental biográfico, sino que también está dedicado a toda una generación de cineastas que, quizá, está siendo algo olvidada.
Nosotros no nos hemos querido meter en el debate de esa generación que hace o no hace cine ahora. Hay un momento en el documental en el que se habla también de eso, de cómo se hace cine hoy. Es que todo está cambiando muy, muy rápidamente, y eso es un hecho que, para bien o para mal, hay que aceptar.
En algún momento lo dice Manolo Gutiérrez Aragón: la vida cambia, la sociedad cambia y el cine cambia. Cambian también la forma de hacer cine y los valores. Pero, por ejemplo, también aparece Sacristán diciendo que hace cine con los jóvenes y que no para de hacer cine. Claro, él no lo habla desde el punto de vista del director, pero en todo caso yo creo que el documental lo que pretende es reflexionar, no dar unas respuestas contundentes porque no existen.
Ya me preguntaban en otra entrevista sobre qué va a pasar con el futuro del cine que como lo conocemos. La verdad es que es muy presuntuoso dar respuestas. Está cambiando mucho todo. Hace tiempo que está cambiando, todo va muy veloz y yo no lo sé. En todo caso, lo que hemos pretendido es reflexionar y hacer un homenaje a esa generación.
Nuestra pretensión era reflexionar y hacer un homenaje a esa generación de directores”.
Es una generación que nace en una España absolutamente gris, oscura, llena de censura, para los cuales el cine era una puerta de aire fresco con la que conectaban con otros mundos. Y esa generación se apasionó con el cine, con la música y con la cultura, porque para ellos era el oxígeno para sobrevivir, Ahí está ese testimonio, que es lo que queríamos hacer nosotros.
Amistad y admiración por Méndez-Leite
¿Cómo fue ese acercamiento tan exhaustivo a la figura de Méndez-leite, hasta el punto de tener esa necesidad de dedicarle un documental como este?
Yo tenía el privilegio de que conozco a Fernando desde principios de los años 80, y fuimos estableciendo una amistad bastante notable que se fue acentuando, además, porque coincidimos desde el principio del Festival de Málaga como compañeros en la dirección del festival. Tantos años, tantas comidas, tantas charlas con él…fue apareciendo en mí la idea de que merecía contarse la vida de este hombre. Y entonces, jugueteando con la idea de decirle que le tenía que hacer un documental, él siempre, muy humildemente, me decía: “¡ pero si yo no tengo obra, si yo no tengo una obra como los cineastas clásicos que tienen diez, 14, 20 películas!”
Pero otro amigo que se llama Miguel Ángel Oeste, que fue como mi ayudante, fue trabajando conmigo la idea de cómo podríamos hacer el documental, y armando un poco el puzzle fue tomando forma la cosa.
Con Fernando tengo una amistad muy notable desde principios de los años 80″.
¿Ha intervenido Méndez-Leite en alguna fase de creación del documental?
Prácticamente nada: estaba disponible para todo lo que le preguntáramos, pero no influyó en nada. De hecho, nada más que vio el documental ya montado, tal y como ha quedado.
¿Qué imagen crees que se podrá hacer el espectador sobre la figura de Méndez-Leite tras ver el documental, sobre todo aquellos que no lo conocían?
No lo sé, porque la verdad es que, como lo conozco de tantísimos años, ya tengo una idea de él muy muy formada. Lo que sí sé es que algunos que han visto el documental, tanto en Málaga como en la Filmoteca en Madrid, les ha gustado mucho, les resultó entretenido y muy apasionante ver a alguien como él.
Alguien me dijo: yo he descubierto con Fernando que hay que hacer lo que nos gusta, que hay que hacer lo que nos apasiona. La pasión con la que habla Fernando de las cosas creo que puede conectar con mucha gente joven, pero no lo sé. Es decir, he visto algunas reacciones en ese sentido y gente joven a la que sí le ha gustado.
Documentalista por pasión
Tienes también una una amplia trayectoria como documentalista: en 2010 presentaste el documental Vibraciones sobre sobre la escena Hip-Hop de Málaga. No sé si imaginabas que, más de 10 años después, ibas a hacer un documental sobre la figura de Méndez-leite, aunque tuvierais una amistad personal…
Entonces no lo pensaba. Mira, yo no soy un cineasta profesional, yo me dedico al cine como gestor en el Festival de Málaga, también he dirigido la Semana de Cine de Melilla, he sido profesor de cine documental… Y el género, el cine documental, es algo que a mí siempre me ha atraído y he hecho seis o siete documentales, siempre por motivaciones personales.
Por ejemplo, ese que has citado de Vibraciones lo hice porque mi hijo se dedica al mundo del rap, y entonces él entonces conocía al mundo que había de cantantes en Málaga y él fue el que me facilitó eso. En otro momento he hecho otro documental sobre un amigo, Caballo de viento, que era sobre este personaje anarquista, muy peculiar, que se exilió a Francia. En otro momento hice uno que se llamaba Atlas Bereber, sobre Melilla, porque yo soy de allí… Siempre he contado cosas que me interesaban, me apasionaban y tenía el vehículo para conocerlas bien, para saber de lo que hablaba.
Sobre este documental que estoy presentando, para mí también ha sido algo agradable el que le haya gustado mucho. Él se emocionó cuando vio el documental en el primer pase que hicimos en la ECAM. Se le saltaron las lágrimas, se emocionó con el comienzo de Fresas salvajes, también con La Regenta porque le hizo recordar su etapa más bonita, cuando él rodaba su gran pasión que fue La Regenta. En ese sentido estoy satisfecho.
Fernando Méndez-Leite se emocionó cuando vio el documental en el primer pase que hicimos”.
Solemos preguntar a nuestros entrevistados sobre sus películas favoritas del cine español. En tu caso, que te dedicas más al documental, ¿cuáles son tus tres documentales españoles favoirtos?
Más que documentales, te voy a decir nombres. Me parece que uno de los grandes maestros del documental en España es Basilio Martín Patino. ¿Ya se puede decir un clásico, no? Y de los siguientes… para mí, cuando yo daba clases me fijaba mucho en Isaki Lacuesta, que ahora también está haciendo cine de ficción. Y otro catalán, también maestro de documentalistas, para mí fue Joaquím Jordà. De manera que son tres figuras, me parece a mí, muy importantes.
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