Ávido descubridor de rarezas cinematográficas, el guionista y docente Álex Mendíbil bucea como nadie en las estanterías de la Filmoteca para reivindicar esos tesoros escondidos del cine español. En FlixOlé no nos hemos resistido a preguntarle al programador de la sección de ‘Sala: B’ por sus joyas favoritas del séptimo arte de nuestro país. Aquí os dejamos las películas favoritas de Álex Mendíbil:
Que nos quiten lo bailao (Carles Mira, 1983)
«Elegí esta película del valenciano Carles Mira para iniciar las sesiones de «Sala:B» en Filmoteca Española porque hay pocas cosas que expliquen mejor el carácter mediterráneo y bizantino de nuestro país y también de nuestra serie B. Un musical histórico con destape, números de revista y un humor entre Berlanguiano y de un Monty Python fallero. Aquí está prácticamente todo lo que nos gusta».
Último deseo (León Klimovsky, 1976)
«Si la hubiese dirigido Vicente Aranda, autor del guion, estaríamos ante otra joya del fantaterror como La novia ensangrentada. Al final la dirigió Klimovsky, dejó de llamarse ‘Planeta ciego’ para encajar en el boom de las clasificadas S y a pesar de todo sigue siendo una estupenda distopía fantaterrorífica, con grandes figuras detrás como Paul Naschy, Maria Perschy, Nadiuska, Antonio Mayans o Teresa Gimpera. El final es una cosa demoledora e inolvidable».
Una pareja...distinta (José María Forque, 1974)
«Lina Morgan debería reivindicarse ya como icono queer y esta película es el ejemplo perfecto de que hay mucho por descubrir en la trastienda del cine español. Podría parecer una comedia más de José María Forqué y José Luis López Vázquez (que no es poco), pero está llena de detalles nada convencionales y de un humor corrosivo que hasta Marco Ferreri aplaudiría».
Al otro lado del espejo (Jess Franco, 1973)
«En FlixOlé hay una buena representación del cine de Jess Franco, de sus etapas y de los géneros que tocó, además de documentales bizarros como La última película de Jess Franco, que escribí para Eurociné y dirigió Pedro Temboury. He elegido esta porque es una de las que harán cambiar de opinión a los que todavía piensan que Jess Franco es un director casposo sin más. Una de las pocas que gustaban de verdad al propio Jess».
El Elegido (Fernando Huertas, 1985)
«Cada vez más personas se unen al culto de esta pequeña gran película de Fernando Huertas con un López Vázquez más paranoico que Jim Carrey en El show de Truman. Huertas consigue el tono perfecto para que los tópicos de la españolada empiecen a parecerte un capítulo madrileño de Twilight Zone. Triste, esperpéntica y un poco surrealista como nuestra mejor tradición literaria».
Las secretas intenciones (Antonio Eceiza, 1969)
«Otra película maldita que si no fuera española se hubiera comprendido y aplaudido mucho mejor. Eceiza era un director inclasificable y lo demuestra con este drama de progres diletantes con aficiones morbosas y delirios suicidas, en un tono distante y arty con música electroacústica de Luis de Pablo. Más riesgo imposible, pero si conectas con ella está a la altura del más perturbador cine de autor europeo».
Clandestinos (Antonio Hens, 2008)
«Antonio Hens apostó aquí por una de las ideas más transgresoras que trabajó en su día con Eloy de la Iglesia, mezclando terrorismo y homosexualidad, y sin cortarse un pelo a la hora de meterse en el barro. Polémicas aparte, la película tiene una intensidad y una osadía que ya querrían muchos cineastas pretendidamente incorrectos. Hasta los primitivos efectos visuales funcionan como una bofetada al cine convencional».
Hipnosis (Eugenio Martín, 1962)
«Antes de que se pudiera hacer cine de terror en este país, el gran Eugenio Martin hizo esta elegante película de misterio con toques terroríficos y de krimi alemán, el subgénero criminal que dio origen luego al giallo. Se hizo para el mercado internacional y se nota, con un guapísimo Jean Sorel de prota y equipo técnico europeo, pero es una muestra impecable de cine de género. Espeluznante y con un muñeco ideal para una noche de Halloween».
Díselo con flores (Pierre Grimblat, 1974)
«En realidad es una coproducción con Francia, dirigida por un francés, con la increíble Delphine Seyrig, John Moulder-Brown (el muchacho de La residencia) y toques de giallo italiano. Pero la película está rodada en una mansión de San Sebastián, próxima a la casa de Zulueta, con Fernando Rey y una Rocío Dúrcal morbosa como nunca la has visto. Es una cosa extrañísima, de un fantastique afrancesado y buñueliano a la vez. Una delicia insólita».
Pájaros de ciudad (José Mª Sánchez Álvaro, 1983)
«Y para acabar otro peliculón de culto que no parece de esta realidad, con un Madrid conspiranoico y posmoderno; mezclando cine de espías y metaficción. Hay mucho de cine italiano estilo Elio Petri, además de tener música de Fabio Frizzi y al mítico Giuliano Gemma. Pero luego aparece López Vázquez (otra vez, cómo no) y Assumpta Serna, y te das cuenta de que el cine español que nos han contado es solo la superficie, que por debajo está lleno de anomalías y rarezas maravillosas como estas».