El evento mundial dedicado al cine clásico acogerá la proyección de la película dirigida por Luis Buñuel en su sección destinada a las obras maestras del séptimo arte en blanco y negro
El regreso de Luis Buñuel a su país natal tras 24 años de exilio forzado por la dictadura acabó alumbrando una de las películas más importantes del cine, y también uno de los episodios más rocambolescos del séptimo arte. Bajo el título Viridiana (1961), el maestro del surrealismo consiguió la primera y única Palma de Oro para el audiovisual español, un milagro cuya proyección, paradójicamente, fue prohibida durante cinco lustros en su nación de origen. Ahora, aquel escándalo filmográfico regresa a la pantalla grande en una renovada versión en 4K de Viridiana, la cual se estrenará el próximo martes 15 de octubre en el Festival Lumière.
Esta cita imprescindible dedicada a los grandes clásicos del cine ha seleccionado Viridiana para participar en su sección Grands classiques du noir et blanc después de que FlixOlé y Mercury Films hayan restaurado el negativo de 35mm. Con su inclusión en la programación del certamen, éste reconoce así la labor de preservación que plataforma y distribuidora llevan a cabo con el patrimonio audiovisual español. Asimismo, el propio festival ha otorgado a dicha remasterización el sello Lumière, la cual se podrá visionar en la ciudad de Lyon junto a otros clásicos como Chantaje, de Alfred Hitchcock (1929), La puerta del cielo, de Vittorio de Sica (1945), o Pasión, de Jean-Luc Godard.
El regreso de Viridiana a Francia
La película de Buñuel regresa así a tierras francesas seis décadas después de aquella premier en Cannes que generó tanto revuelo. El diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, la describió como blasfema y reprochó a España el haberla apoyado. El entonces director general de Cinematografía, José A. Muñoz Fontán, quien había recogido el galardón en La Croisette, fue cesado a su regreso. Igualmente, las autoridades del régimen franquista activaron la maquinaria para destruir todo el material de la película y hacer como si nunca hubiese existido.
Sin embargo, la actriz protagonista, Silvia Pinal habría conseguido salvar una copia, lo que permitió su proyección internacional. En Italia y España, en cambio, fue prohibida, no estrenándose en nuestro país hasta 1977.
Un regalo envenenado
Pero, qué tenía Viridiana para derivar en tal escándalo y cómo obtuvo el beneplácito de las autoridades españolas para viajar a Cannes. Aunque Buñuel era considerado persona non grata para el franquismo, la administración entendió que el regreso del prestigioso director podía beneficiar al aperturismo cultural que había comenzado a promover la dictadura con el objetivo de lavar la imagen de ésta de puertas para fuera. Se comprometieron con el calandino a dejarle trabajar en libertad, aunque asumiendo cierto orden. A ello accedió el realizador, quien incluso aceptó cambiar el final del filme.
Sin embargo, el largometraje se convirtió en un regalo envenenado para el régimen, que no detectó la crítica surrealista al sentido de la caridad cristiana que tanto enfureció al Vaticano. La cinta presentaba a la joven novicia Viridiana (Silvia Pinal). A punto de tomar sus votos, visita a su tío don Jaime (Fernando Rey), quien le ha financiado sus estudios. El familiar se encapricha con ella, hasta el punto de dormirla e intentar violarla.
El hombre se suicida al saber que vuelve al convento y ésta, sintiéndose culpable, renuncia a sus hábitos para quedarse en la finca y ayudar a los más desfavorecidos acogiéndolos en la mansión que comparte con Jorge (Paco Rabal), el hijo de don Jaime. Mientras los mendigos intentan aprovecharse de ella, Viridiana hace todo lo posible por alejarse de las tentaciones de Jorge.
Una quijotesca y galdosiana crítica a la caridad cristiana
Buñuel planteó un Quijote con faldas, un personaje que, al igual que el hidalgo de Cervantes, es atacado por aquellos a los que intenta ayudar. Mezclando ribetes galdosianos con fetichismos hitchcockianos, el director reflexionó sobre la doble moral, frivolidad e inutilidad de la caridad cristiana ante problemas que requieren de justicia y de una solución más profunda. Este ataque a la sociedad, sus costumbres atávicas y a los valores religiosos quedó patente en numerosas imágenes de la película, como la navaja que abre de un crucifijo, la quema de una corona de espinas o la secuencia de la novicia ordeñando a una vaca. Aunque la que más impacto suscitó y que ha quedado grabada en la memoria colectiva fue la escena que transformaba La última cena de Da Vinci en una orgía entre los mendigos que la beata recibe en su casa.
El de Viridiana fue un escandaloso milagro, tanto por las circunstancias que rodearon a su estreno como por lo insólito de su argumento y lo surrealista de su significado. Una obra maestra que se podrá revisitar en el Festival Lumière con una calidad de imagen y sonido como nunca antes se ha podido ver. Además del estreno el 15 de octubre en Cinema Les Alizes a las 20:00 horas, el certamen ha programado otros pases de la película el miércoles 16 de octubre, a las 11:15 horas, en UGC Cine Cite Confluence; el viernes 18 de octubre, a las 9:00 horas, en el Institut Lumière Hangar; y los días 19 y 20 de octubre en el Pathe Bellecour, a las 19:30 y 11:15 horas, respectivamente.